LA MURALLA TOMA PARTIDO POR NUESTRAS RAÍCES.

POR LAS VOCES PROHIBIDAS EN LAS PÁGINAS DE LA HISTORIA OFICIAL.

POR LA MEMORIA ACTIVA, POR UNA JUSTICIA POPULAR Y SOCIAL.

LA MURALLA TOMA PARTIDO POR LOS VERDADEROS REFERENTES

QUE LUCHARON Y LUCHAN POR UNA HUMANIDAD MEJOR.

LA MURALLA TOMA PARTIDO POR NUESTRA GENTE, COMPROMETIDA Y SOLIDARIA.



15 de febrero de 2010

TEMAS DE DISCUSION XIV

ELEGIR LA SERVIDUMBRE

Si decimos que la rutina nos lleva inexorablemente a la mediocridad, sentimos que estamos declamando una verdad de Perogrullo, pero salir de la rutina es un ejercicio que muy pocas personas practican, ya que les acarrea un esfuerzo físico y mental que la vida diaria nos está reclamando continuamente para aplicarlo a resolver problemas mas urgentes.

Racionalmente, nos sorprenderíamos si nos planteáramos por qué el hombre común elige la sumisión como forma de vida, desentrañar por qué a veces el pueblo elige el yugo pudiendo elegir la libertad (o su aproximación), saber por qué el hombre se somete al tirano en vez de ofrecerle resistencia, sabiendo de antemano que ni siquiera como primera actitud, se trata de quitarle nada, en principio alcanzaría con “no darle” nada.

No hay duda que para sostener en el tiempo las diferencias entre los hombres, implica de tiene que existir un proyecto que abarque fundamentalmente la educación, el medio, el discurso del poder y el siempre inestimable apoyo del credo mayoritario, sin olvidar a los formadores de opinión, cuyo trabajo consistirá en apoyar el acatamiento incondicional a los prejuicios ‘admitidos’, el respeto a las jerarquías impuestas por los poderosos, la disciplina ciega a la imposición colectiva, el homenaje a todo los que representa el orden vigente y por supuesto la sumisión sistemática a la voluntad de los que mandan.

José Ingenieros, en su trabajo ‘El Hombre Mediocre’ nos plantea como una solución que se pulan algunas aristas y se controlen los excesos para que se acerquen las diferencias creadas por la ‘naturaleza’. Ese discurso que no atina a desprenderse del pensamiento pequeño burgués, que hoy podríamos llamar ‘progresista’, apunta mas al ‘elogio ‘ del sometimiento que al llamado a la libertad. Tal es el trabajo que la burguesía realizó con la clase trabajadora, desde todos los resortes que maneja, que hasta es habitual escuchar a trabajadores afirmando que “tienen trabajo gracias a sus patrones”, sin siquiera plantearse la posibilidad de pensar la relación desde su condición de obrero, de pensar “…el patrón gracias a nuestro esfuerzo, este año cambió el coche, se mudó a un barrio privado y manda a sus hijos a un colegio caro…”, que sería una forma de empezar a formar conciencia de clase, pero es tal el sometimiento a la servidumbre que sienten esa forma de pensar como una ‘traición’ hacia el superior capitalista.

Desde la infancia nos bombardean con un discurso de sometimiento a los parámetros culturales que le conviene a la burguesía. Ya en el colegio primario nos hacen leer el ‘Martín Fierro’, que por supuesto ya lo recibimos con la aureola con que lo presentan, a tal punto que se considera ‘Día de la Tradición’ al natalicio de su autor José Hernández, y se apresuraron a colocar fotos en las aulas, monumentos en las plazas públicas, nombres en las calles, a efecto de asegurar que, al sentirnos bloqueados por el trabajo de endiosamiento al que fue sometido, a nadie se le ocurra poner en discusión su mensaje que ya no pasará por ningún filtro del análisis, pero si prescindimos de toda la publicidad y nos adentramos en el análisis, encontramos un objetivo claro y concreto, nos insta a obedecer y a callarnos ante cualquier injusticia, caso contrario deberemos sufrir las consecuencias.


No hay comentarios:

Publicar un comentario