SER LATINOAMERICANO (1º parte)
Fue en 1869 cuando el Canal de Suez se abrió a la navegación, pero de poco sirvieron los festejos y los discursos que en ese momento se hicieron, los proyectos de prosperidad para Egipto que se vaticinaron a los 12 años de vida del Canal quedaron truncos, en 1881, el imperio Británico invade Egipto y se queda con el control del Canal que unía el océano Mediterráneo con el océano Indico a través del mar rojo, un paso estratégico para su comercio y sus naves de guerra siempre dispuestas que tenía Inglaterra. El sector no le era ajeno, ya el Mariscal Nelson había vencido en sus aguas a la armada de Napoleón Bonaparte 70 años atrás y ellos se creían los dueños del mundo.
Inglaterra, con su afán expansionista debía tomar la delantera frente a E.E.U.U., el otro imperialismo que aunque aún incipiente ya le empezaba a preocupar, pues sabía que los habitantes del nuevo país americano llevaban su sangre y habían heredado su avidez de poder y riqueza, amén de sus pocos escrúpulos para obtenerla.
Ni lento ni perezosos, los norteamericanos, en 1902, logran negociar la construcción del Canal de Panamá, otra obra faraónica que uniría el océano Atlántico con el Pacífico, quedándose con las tierras adyacentes al canal “a perpetuidad”, con lo que lograban solucionar varios problemas. En lo político, no solamente volvían a tomar la delantera respecto a su adversaria Inglaterra y por ende el resto de Europa, sino que lograban facilitar el paso de sus productos manufacturados de una costa a otra de su territorio y el traslado de la producción de la costa oeste hacia Europa sin atravesar su enorme territorio y además, al controlar toda nave que pase por él, controlaban el paso de mercancías de forma tal que podían saber los movimientos comerciales de Europa con Oriente y organizar su economía de acuerdo a esa información privilegiada.
Todos estos hechos modificaron en ese momento la estructura geopolítica del mundo, pero para la Argentina no fue una buena noticia. Hasta ese momento, la navegación comercial entre el Atlántico y el Pacifico se realizaba pasando por el Cabo de Buena Esperanza, frente a tierra del Fuego en nuestro país, lo que le daba importancia comercial al sur, y Buenos Aires se beneficiaba por ser el puerto de paso obligado donde se re-aprovisionaban y eso le daba incremento a su comercio exterior y favorecía el intercambio cultural con distintos países del mundo.
La primera guerra mundial (1913-1916) causó un cimbronazo que obligó a replantear algunas cosas. Como Argentina no había participado, sus producciones agropecuarias, como su incipiente industria no habían sido golpeadas, eso no pasó inadvertido para Europa que pone sus ojos en el cono sur y lo ven como el gran proveedor de alimento para el entonces famélico viejo mundo. La burguesía agrícola-ganadera ve como sus productos obtenían los mejores precios atravesando el Atlántico y se siente la raza elegida. Ya 60 años antes le había quitado las tierras mas productivas a los indios para repartirla entre los integrantes de su casta, no contentos con eso, pasados 30 años de este despojo, habían derrotado a las Montoneras que querían quitarle a Buenos Aires el control sobre el país que nadie le había dado (salvo ella misma), y ahora el mundo quería comprarles su producción de mercadería, nada podía salirle mejor, se sentía ‘condenada al éxito’, la oligarquía argentina empieza a despilfarrar el dinero que estaba llegando…y el que mas adelante suponían que llegaría.
En el medio de la algarabía, llegan los ingleses, y con ellos los problemas, construyen ferrocarriles, pero primero compran por monedas las tierras que circundan el lugar por donde pasarían las vías férreas, sabiendo que su precio aumentaría exponencialmente. Todas las vías férreas finalizaban en el puerto de Buenos Aires, así es que desde el interior del país sus vagones traían lanas, carne, cuero, granos y otros productos (preferentemente de sus propias estancias) que van directamente al puerto, de allí hasta Londres, donde la manufacturan y de Londres vuelve a Buenos Aires quintuplicando su valor, desde donde invaden el interior del país con precios que le mercado local jamás podía igualar, ya que la llamada ‘revolución industrial’ no estaba en los planes inmediatos de los dueños del poder de la Argentina y los ingleses ya la estaban desarrollando, hundiendo de ésta manera todas las regiones, pero como a la burguesía portuaria no le interesaba el hambre de su país, a ellos no les importaba, hasta que llegó la crisis de 1930 y allí entendieron que la economía dependiente y el vivir de producir material primas básicas sin industrializar nunca fue un buen negocio…pero ya era tarde.
El ‘contrato’ con los ingleses sonaba real, y hasta posible, Argentina –como ya dijimos- aportaría granos, cueros, carne a Inglaterra y ésta aportaría los dineros para realizar un muy amplio y ambicioso plan de educación además de la industrialización del país, así ambas naciones saldrían beneficiadas, pero claro, no contaban con el factor humano, los ingleses, en vez de enviar dinero, les enviaron mercadería suntuosa que deslumbraba a la burguesía argentina, y el poco dinero que entraba finalmente, los dueños de la Argentina …se lo gastaban en París.
Hay que agregar a todo esto, que Argentina carecía de importancia para el primer mundo, y en gran medida, a principio de siglo XX, fue ignorada por los norteamericanos y parte del poder central, ya que E.E.U.U. estaba muy compenetrado en quedarse con los países de Centroamérica para extender su territorio. Ese aislamiento le dio a Sudamérica una ventaja sobre otros pueblos que luchaban y se desangraban por mantenerse libres del yugo imperialista.
Esta situación de ‘libertad’ respecto a otros países, hizo pensar a la burguesía Argentina que se podía considerar europea, pensó que se estaba desarrollando, pero en realidad solo gozaba de los beneficios transitorios de un trato económico con Inglaterra que a la larga terminaría por hundirla.
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