LA MURALLA TOMA PARTIDO POR NUESTRAS RAÍCES.

POR LAS VOCES PROHIBIDAS EN LAS PÁGINAS DE LA HISTORIA OFICIAL.

POR LA MEMORIA ACTIVA, POR UNA JUSTICIA POPULAR Y SOCIAL.

LA MURALLA TOMA PARTIDO POR LOS VERDADEROS REFERENTES

QUE LUCHARON Y LUCHAN POR UNA HUMANIDAD MEJOR.

LA MURALLA TOMA PARTIDO POR NUESTRA GENTE, COMPROMETIDA Y SOLIDARIA.



17 de febrero de 2010

TEMAS DE DISCUSION XV

Ser Latinoamericano (2º parte)

En la primer parte dejé, en forma deliberada, la cuestión de la clase obrera, sin internarme en su problemática porque entiendo que merece un análisis mas exhaustivo.

Como ya mencionamos en otros escritos de esta serie, la clase obrera, a veces llevada por la necesidad de satisfacer sus necesidades más elementales, y otras por su conciencia de clase, ha enfrentado la opresión a que fueron sometidos por distintos tipos de poder, desde la llamada democracia occidental (a la que yo llamaría ‘formal’), las tiranías y las dictaduras, que siempre se presentan acompañadas por las instituciones ‘señeras’ de nuestro país, entre las que se cuentan entre otras la Iglesia, las Fuerzas Armadas y las dirigencias sindicales burócratas que instala el sistema para que ejerzan la función de muro de contención de las luchas obreras.

Volviendo a lo nuestro, no dudo en afirmar que el siglo XX fue, a la luz de lo acontecido, muy rico en experiencias de lucha que, aquellos que lo vivimos, nos enriqueció sustantivamente y podemos sentirnos protagonistas privilegiados, y es quizás, una de las razones para que, los que participamos de ellas, nos comprometamos a transferir nuestras vivencias y experiencias a fin de servir de advertencia a las nuevas generaciones y tratar dentro de nuestras posibilidades y capacidades, evitar que cometan algunos errores que cometimos por ignorancia o falta de previsión. Acá me detengo un minuto para aclarar que cuando digo “..evitar que comentan algunos errores que cometimos…”, no me refiero a desechar o menoscabar la lucha armada cuando es imprescindible, cuando el sistema nos asfixia de tal forma que no nos deja opción, me refiero a errores en todas las formas de lucha: Sindical, Política, Social, Estudiantil y hasta –reitero- Armada.

Por la década del 30’, la clase obrera ya había sufrido la Semana Trágica, los fusilamientos en la Patagonia, la ley de residencia, las cárceles, la tortura. Los inmigrantes habían traído de Europa, junto con sus sueños de libertad y sus ansias de una vida digna, las nuevas ideas sobre formas de gobierno que no incluían represión, hambre, humillación, y desde los conventillos urbanos donde vivían hacinados, soportando jornadas extenuantes y sueldos de miseria, esas ideas se estaban haciendo carne en el ya duro pellejo de los trabajadores. Los periódicos y publicaciones libertarias, pasaban de mano en mano en los patios de los conventillos, estaban escritas en dos o tres idiomas extranjeros para que todos los inmigrantes pudieran tener acceso a la información, las charlas se profundizaban, cada uno exponía sus temores, sus dudas y planteaba sus interrogantes, esas eran, las primeras y verdaderas Asambleas Barriales que impulsaron los acontecimientos que vendrían después, el germen de rebelión poco a poco se estaba derramando por los barrios periféricos.

Desde el gobierno, la burguesía no registraba el movimiento de las bases obreras como una amenaza perentoria, su clásica ineptitud le hacía pensar que con la Policía dura y manejándose con el gatillo fácil y la picana eléctrica recién llegada al país tendrían a los rebeldes bajo control, y daban rienda suelta a los único que sabían hacer, que era enriquecerse sin límite ni prejuicios. Las estafas al estado se sucedían, la corrupción en todos los estamentos del gobierno era moneda corriente, no en vano ese decenio pasó a la historia negra de nuestro país como “La Década Infame”.

Al iniciarse los años 40’ el inicio de la segunda guerra mundial, sumada a la ya conocida ‘no injerencia’ Argentina en el conflicto, les hizo pensar que , una vez mas, el mundo miraría a la Argentina como la gran productora y abastecedora de alimentos y que ellos volverían a recibir las migajas del festín que hacía Inglaterra con nuestra riquezas, pero esta vez los ingleses no estaban dispuestos a ofrecerles nada, ya se habían apropiado de los medios de transporte de los productos alimenticios, ya eran dueños de estancias que los producían, el puerto estaba en sus manos, la carne la manejaban como propia y ni siquiera pedían permiso al gobierno de turno para vender o sacarla del país, así que no sentían necesidad de pedir permiso para sus negocios, y en realidad, nunca se habían olvidado de la ‘paliza que habían recibido en 1806 y 1808, cuando sus ejércitos intentaron invadir nuestro territorio, además ya habían organizado su ingeniería de conquista ‘no cruenta’, que suplantaba a Regimientos con empréstitos, a cañones con acuerdos espúreos con la dirigencia gubernamental argentina que le aseguraba el control del país, esa nueva táctica de invasión silenciosa (pero no menos efectiva que la militar), luego se convirtió en costumbre para la política imperialista de distintos países sobre el llamado ‘Tercer Mundo’.

Pero la clase obrera también había llegado a su ‘adultez ideológica’, ya fogueada en mil luchas, con algunas conquistas obtenidas a sangre y fuego, no estaba dispuesta a ceder lo que había conquistado, …y venía por mas…

Si bien algunos sindicatos estaban en manos de la ‘burocracia sindical’ que se hallaba enquistada en puestos claves de varios sindicatos y estaban siempre dispuestos a negociar con la patronal, a cambio de dádivas, prebendas y leyes sindicales que les aseguraban perpetuarse en el puesto sindical, a los que el ‘gringo’ Tosco, 40 años después con la capacidad de síntesis que le conocimos enunció el axioma que aún hoy tiene vigencia : “…A dirigentes ricos, siempre corresponden trabajadores pobres…”, también es cierto que muchos compañeros se empezaban a reunir por fuera de sus sindicatos y organizarse para luchar por sus derechos, luego, una vez mas el ‘Gringo’ Tosco lo sintetizó: “…mas vale honra sin sindicatos que sindicatos sin honra…”. La década del 40’ anunciaba muchos cambios.


No hay comentarios:

Publicar un comentario