No se sienta culpable si no lee esto, estimado lector, yo tampoco leería una nota que tenga este título, ya se ha escrito tanto sobre el tema que nos están agotando, y no inocentemente…, pero me gustaría que Ud. y yo, juntos, tratemos de entrarle al tema desde la puerta de servicio y no desde la puerta principal, porque esta historia también tiene entrada de servicio, porque a pesar de que está escrita por los señores de la casa, también existe la historia de nosotros, los laburantes, esos que no podemos hacer uso de la puerta que está reservada para gente bien pensante.
Hay varias formas de llegar al inconciente de la gente, y los formadores de opinión son profesionales en eso de convencer de que las cosas son como ellos la cuentan, pero veamos primero un ejemplo. Si quisieran convencernos, por caso, de que la inseguridad viene por los ‘motochorros’ y que debe ser prioridad para cualquier gobierno combatir ese ‘flagelo’ con todas sus fuerzas, ellos saben que hay, entre otras, tres formas elementales para ese fin: a) Repetir una información que involucre a un pobre en un robo constantemente para que nos parezca que eso sucedió muchas veces y no una. b) Usar dos tipos de comunicadores opuestos, por un lado uno que tenga imagen ‘doctoral’ (podríamos mencionar a Grondona), para convencer a la clase media y también un comunicador con imagen ‘popular’ y que parezca muy ‘natural’, que podrían ser Tinelli o Susana Gimenez, para que traten de convencer a las clases populares, ya que ellos son escuchados desde otra actitud, entre los bailes, entrevistas a gente de la llamada ‘farándula’ y demás pavadas, uno está menos advertido y el mensaje no pasa por el filtro de nuestro conciente, como podría suceder en el caso de Mariano Grondona, ya que sabemos que responde a una ideología determinada y los otros dos ‘parecería’ que hablan desde el saber popular sin segundas intenciones.
Estos mensajes y discursos vienen desde la época del virreinato. Ya en La Gazeta de 1810, una nota de un acaudalado caballero denunciaba la huida de un esclavo y exigía a las autoridades policíacas que salieran a buscarlo porque el consideraba esa huida un robo a su propiedad privada, y describía al Pardo Ramón Agüero como “perezoso, joven, retobado y haragán” (hoy, en esa descripción, entraríamos la mitad del conurbano bonaerense…), al tiempo se supo que el “retobado” Agüero había huido para alistarse en el Ejército de los Andes, que luego siguió al General Belgrano en el ejército del Norte, desempeñándose gloriosamente en las batallas de Salta y Tucumán, donde cayó sirviendo a la Patria.
También podríamos recordar a las “mujeres deshonestas”, esas que históricamente fueron rechazadas por la sociedad, esas que las “señoras de familia” miraron (y miran) con desprecio, y entre ellas podríamos recordar a Lucía Montes, prostituta de profesión, que marchó con el ejercito del Norte y capitaneando a un grupo de mujeres de su misma profesión, no dudaron en romper sus enaguas en plena batalla para vendar con ellas a los soldados heridos, salvando centenares de vidas, que luego fuera nombrada Capitana del Ejército del Norte, por ese General Belgrano que sabía poco y le importaban menos los ‘protocolos palaciegos’ del Cabildo de Buenos Aires.
Demás está decir que ni el ‘acaudalado caballero’ ni las ‘señoras de familia’ figuraron en las listas de quienes dieron su vida por la Patria. Lucía Montes jamás recibió la pensión de Capitana que le correspondía ya que le Cabildo lo consideró de ‘mal gusto’ y murió en la miseria, y al Pardo Aguero hoy ni una calle lo recuerda. El sistema que sostiene el pensamiento único, solo nos muestra la historia que nos quiere mostrar.
Volviendo a nuestros días, hoy cuando un empresario toma un obrero pagándole ‘en negro’, o sea, sin aportes jubilatorios, sin pagar a una obra social, sin pagar aguinaldo, sin pagar vacaciones anuales, ese empresario está robando al país y al trabajador el valor de, por ejemplo, un celular a cada uno por mes, o sea que le robó el valor de 24 celulares por año (algo así como $ 10.000), sin embargo no aparece en ningún medio de comunicación , pero si algún pibe se roba un celular aparece la noticia varias veces al día para que creamos que estamos amenazados por esos seres “negruzcos y haraganes”, y por esas mujeres innombrables y representan a nuestros verdaderos enemigos, pero solo lo hacen para que no veamos a los verdaderos ladrones.
No hay dudas que nos muestran los males menores para que no pensemos en los mayores, ya que estos últimos los involucra a ellos, una vez mas solo nos cuenta la historia que nos quiere contar, solo queda en nosotros plantearnos ¿ quienes son los responsables de la verdadera inseguridad ?
Ramiro Ross
Ramiro:
ResponderEliminarMe pareció una nota fantástica y "contundente"
Te pido autorización para subirla a mi facebook y compartirla con todos mis contactos. En ese "todos", habrá muchos que estén en desacuerdo, y precisamente por ello es preciso hecerles saber que somo muchos ( cada vez más ? ) los que pensamos acorde a tues expresiones.
Un cordial abrazo
Jorge Navarro