Cuando uno se interesa en el estudio de la historia de las luchas obreras de nuestro país, se encuentra que, durante el siglo XX, hay un hecho que, salvo honrosas excepciones, es casi una constante, y se trata del abandono, cuando no la entrega, de esas luchas por parte de los ‘dirigentes obreros’ cuando éstos mas los necesitan.
Los que somos sexagenarios, aún recordamos la década de los '60, que fue tan rica en experiencias de lucha para los trabajadores, porque por lo general, fueron los obreros los que tuvieron que organizarse, por fuera de su gremio para defender su salario, cuando no su trabajo.
En 1958, el Dr. Frondizi fue elegido presidente, con un discurso populista y avalado por una trayectoria de profesional serio y político responsable, una trayectoria que le había armado su partido para hacerlo ‘potable’ a la vista de los electores, pero la voz del pueblo asegura que también la embajada norteamericana ayudó con sus asesores de imagen a consolidarlo electoralmente, pero a poco de asumir, lo que había sido su compromiso de campaña, sobre la necesidad de nacionalizar los resortes elementales de la economía y la defensa del patrimonio nacional (fundamentalmente el petróleo, los ferrocarriles, etc.), fue virando 180º, hasta convertirse en un gobierno conservador y al servicio de los intereses imperialistas liderados por EE.UU.
Esta actitud desencadena las luchas de los trabajadores en enero del 59, cuando ven que todos los proyectos de conservar las empresas fundamentales en poder del Estado nacional serían traicionados, se inician las luchas y Frondizi responde declarando el estado de sitio y al poco tiempo el plan CONINTES (CONmoción INTerna del EStado), para tratar de frenar el descontento popular, y desata las fuerza de represión en forma brutal contra los trabajadores., Los trabajadores ferroviarios, que se habían declarado en paro son declarados bajo ‘movilización militar’. Por su parte, mas de 7.000 obreros del Frigorífico Nacional, que venían resistiendo la entrega del establecimiento al capital privado, toman la empresa y levantan barricadas dispuestos a defender su fuente de trabajo, toman el frigorífico y se quedan dentro de él, todo el barrio, encabezado por las mujeres de los trabajadores les llevan alimentos e información en forma constante y organizada durante todo el conflicto. Ante el avance de la policía, todo el barrio de Mataderos se suma a levantar barricadas para defender a los obreros, las fuerzas de represión, al sentirse desbordadas retrocede. El 17 de enero, un tanque Sherman de 35 toneladas avanza por la (hoy) avenida Lisandro de la Torre, seguido de fuerzas del ejército (una vez mas al servicio de los monopolios…) para reprimir a los obreros.
Al saberse la noticia, empieza a manifestarse la solidaridad, el M.U.C.S. (Movimiento de Unidad y Coordinación Sindical) y las 62 organizaciones declaran la huelga general en repudio a la represión brutal contra los trabajadores. El 18, 19 y 20 de enero se paraliza el país, esta huelga fue acompañada por los estudiantes y las capas medias de la población.
A fines de 1961, estalla otra gran huelga de los ferroviarios que se prolonga por 42 días, y que constituyó una derrota fundamental al plan de privatizaciones que Frondizi quiere llevar a cabo por ‘sugerencia’ de EE.UU.. La dirección de la CGT se ve obligada a declarar un paro por 3 días en solidaridad . El 11 de noviembre del mismo año, en Laguna Paiva (Santa Fe), 4.500 obreros fueron agredidos por la policía al marchar hacia la capital provincial para repudiar la entrega del patrimonio nacional. Cuentan las crónicas del momento que, en el momento del enfrentamiento, como los trabajadores no retrocedían, la policía, asustada, incendia un tren para protegerse del avance de los trabajadores. El gobierno decreta una vez mas la movilización de los trabajadores del gremio, y es el ejército el encargado de reprimir. Recorren los barrios en busca de los trabajadores para obligarlos a incorporarse al trabajo, allanando sus viviendas, pero se encontraron con la firmeza y la combatividad de los trabajadores, por lo que el encargado de la represión, el capitán de navío Recaredo Vázquez, decide llevar presas a las mujeres de los huelguistas en calidad de rehenes para obligar a los obreros a reincorporarse al trabajo, sin lograrlo. Ante este nuevo fracaso en su accionar, el gobierno, en una medida desesperada, ofrece $ 1.000 diarios a los jubilados que quieran reemplazarlos. Nadie acepta.
En los talleres Pérez (Rosario), los obreros sacaron a cascotazos al general Larkin, enviado del FMI..
La dirección de la Unión Ferroviaria, de marcada tendencia reformista y la de la Fraternidad, de declarada trayectoria colaboracionista, se dedicaron durante todo el conflicto a tratar de confundir a los trabajadores con el fin de frenar la lucha, emitiendo constantemente comunicados asegurando que se realizaban tratativas con el gobierno, pero los trabajadores no aceptaban que se hiciera, en caso de que fuera cierto, a espaldas de ellos.
El cardenal Caggiano es requerido por el gobierno para que se haga cargo de la mediación, su misión consistía en tratar de atenuar la derrota del gobierno y tratar de persuadir a los obreros de que “en la doctrina católica y no en la comunismo están indicados las soluciones de los problemas que los preocupan y angustian”. Una vez mas, los obreros le dieron la espalda.
En todo el transcurso de estas luchas, los trabajadores debieron organizarse sin la participación de su gremio, ya que sus dirigentes solo aparecían cuando estaban siendo rebasados por las bases, que ya habían aprendido que TODO PODER CORROMPE, que siempre A DIRIGENTES RICOS CORRESPONDEN TRABAJDORES POBRES.
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