Ser latinoamericano (5º parte)
El ‘romance’ entre la C.G.T. y el gobierno dictatorial de Lonardi en 1955, duró menos que un suspiro. Lonardi, como todo militar que,sin entrar aún a la adolescencia ya estaba encerrado en un cuartel, de donde no salió hasta llegar al grado de general, tenía, sobre la clase obrera el concepto que le habían enseñado con la ideología militar, o sea, equivocado. Creía que sacando o encarcelando a unos 1.000 o 1.500 militantes y levantiscos y unos 200 dirigentes sindicales corruptos, solucionaría el problema social. Esta equivocación, que repitieron uno tras otro, todos los gobiernos militares, no tenían en cuenta que el frente militar, es solo UNO de los frentes que están en juego, no pueden controlar (porque no la conocen ni sabrían como hacerlo) el frente cultural, intelectual, el social, el sindical de base, el barrial y tantos otros frentes en que desarrolla la lucha la clase obrera. Siempre han creído los militares que, si vencían con las armas, se aseguraban la sumisión de los pueblos indefinidamente y cometían torpezas como declarar que sus gobiernos “no tenían plazos sino objetivos” o que “las urnas están bien guardadas”, cosa cuanto menos sorprendente, ya que siendo militares, deberían conocer la diferencia entre ganar una batalla y ganar la guerra, Así les fue en la década de los 80’, cuando quisieron disputar en el frente social, el poder de convocatoria de las Madres de Plaza de Mayo formando F.A.M.U.S. (Familiares y Amigos de Muertos por la Subversión), entidad de vida mas que efímera y que jamás logró convocar a mas de 200 personas (y eso si contamos a los cadetes del Colegio Militar que participaban por orden de sus superiores).
Volviendo a lo nuestro, Lonardi estaba presionado por un sector de las Fuerzas Armadas que le exigía ‘mano dura’ y una represión aún mayor y que termina reemplazándolo antes de fin de año.
Mientras el gobierno dictatorial buscaba con un afán digno de mejores causas, militantes y activistas, el pueblo se debatía contra una epidemia de parálisis infantil que mataba niños en todo el país, fundamentalmente pobres, ya que eran los que no podían irse esa temporada a las Sierras de Córdoba, produciendo pánico en toda la población, lo que permitió la aparición de curanderos y ‘manosantas’ que recomendaban el uso de una bolsita de alcanfor colgando del cuello y otras opciones tan o mas esquizofrénicas que esa. Pero en la casa de gobierno se debatía otra cosa . Se crearon mas de 70 comisiones investigadoras que analizaban, desde sus oficinas que funcionaban en el Congreso, los antecedentes de cada dirigente o funcionario del gobierno peronista, para enjuiciarlo acusándolo de corruptela, enriquecimiento ilícito e inhabilitándolos para cualquier puesto público o sindical, lo que desató una cacería de brujas sin igual.
Ya en el año 56’, con el General Aramburu en el poder, se dicta el decreto 4161 que prohibía la exhibición de fotos, emblemas, nombres y todo lo que recordara a Perón o a su difunta mujer.
A fines del 55’, Raúl Prebisch presenta su plan económico que se basaba en definir el ingreso de la Argentina al F.M.I. y anunciando mayor austeridad hacia la clase obrera..
En el 56’, varios generales y oficiales superiores se levantan en armas contra el plan económico, este levantamiento, encabezado por los jefes militares Valle y Tanco, saca una declaración manifestando que “…el plan de Prebisch, sometía al hambre a los obreros…” y “ retrotrae al país al mas crudo coloniaje, mediante la entrega al capitalismo internacional de los resortes fundamentales de su economía…”, y reclamando elecciones libres, sin proscripciones dentro de los 180 días.
La sublevación fue rápidamente sofocada y muchos dirigentes sindicales que habían consentido su participación y apoyo a los sublevados se olvidaron rápidamente de su compromiso, este documento tuvo poca divulgación entre el pueblo, solo circulaba entre los activistas de la izquierda. El gobierno, temeroso de que otras unidades se levantaran en armas, establecieron el estado de sitio, encarceló a los cabecillas y en un juicio sumario, decidieron el fusilamiento de decenas de ellos, muchos ni pasaban por el juicio, de su detención, iban directamente al pelotón de fusilamiento sin mas trámite. Se habló de centenares de ejecuciones. Tiempo después, Rodolfo Walsh en ‘Operación Masacre’ relató la historia de 12 hombres detenidos antes de la ley marcial, cuyo fusilamiento fue ordenado y ejecutado en un basural en forma tan improvisada que 7 de los fusilados sobrevivieron. Su posterior encubrimiento involucró a Aramburu y la vergonzante Suprema Corte que intentó avalar los hechos.
A pesar de la masacre, el pueblo no bajó los brazos y los atentados y huelgas se manifestaron a pesar de la ley marcial. Aramburu trata de ordenar su régimen y decide modificar el reglamento de los partidos políticos a fin de llamar a elecciones proscribiendo al peronismo. El partido radical presenta a su candidato Arturo Frondizi, lo que precipita el quiebre del partido radical, el sector liderado por Balbín, no admite el planteo de Frondizi de que le peronismo integre las listas y se forman dos partidos, el partido radical intransigente de Frondizi y el partido radical del pueblo de Balbín.
Mientras tanto el peronismo también se movía internamente, Perón nombra para entablar conversaciones con el radicalismo a un duro: John W. Cooke, que en ese momento está preso en la cárcel de Río Gallegos, y notifica a las bases que lo que Cooke decida es lo que decide él y que todas las ramas del movimiento deberían acatar sus resoluciones.
El ‘Bebe’ Cooke, como todos lo conocíamos, era uno de los pocos (luego estarán Gustavo Rearte y otros) que gustaba de entablar discusiones con los que no éramos peronistas, fue, a mi parecer, una de las mentes más lúcidas que tuvo el peronismo. Adhería a la Revolución Cubana, creía en la ya conocidas ‘Milicias Populares’ y la necesidad de armar al pueblo para su defensa y se animaba a ser crítico de su propio partido, en años en que eso no era común en el peronismo. Según el análisis político de Cooke, jamás el pueblo había logrado recuperar sus derechos por medios electorales, pero también sabía que no había un solo caso en que le pueblo había recuperado sus derechos por un golpe de estado, así que desde la cárcel, trazó un plan de lucha que se libraría desde los sindicatos, apoyados por algún sabotaje en instalaciones fabriles, huelgas y lanzamientos de bombas.
En 1957, un intento de iniciar operaciones guerrilleras en Catamarca fue frustrada, pero la moral combativa de las bases estaba alta cuando Cooke, Héctor Cámpora, Jorge Antonio y Guillermo P. Kelly, logran concretar una audaz fuga del penal de Río Gallegos y huyen a Chile. Aramburu llama a elecciones para formar la Asamblea Constituyente ese año (1957) Con el fin de modificar la constitución y como prueba para las elecciones presidenciales del siguiente año. La Constituyente la gana la U.C.R. del Pueblo (Balbín) con el 24%, seguido por la UCRI (Frondizi), con el 21%, siempre con el peronismo proscripto, al final de la Constituyente, esta decidió modificar el artículo que permitía la reelección del presidente, se anularon las –Declaraciones de Derechos- que había introducido el peronismo años atrás.
La proscripción del peronismo para las elecciones del 58’, trajo disputas dentro del partido peronista, un sector encabezado por Jorge Antonio, estaba de acuerdo en aceptar las reglas de juego que le imponía la dictadura de Aramburu y proponía presentarse con las listas de otro partido, por otro lado Cooke opinaba que el peronismo debía hacer prevalecer su peso político y no aceptar aparecer ‘escondido’ tras otro partido, ya que eso, según su opinión, era un factor de desintegración y debilitamiento del movimiento. Al final, Perón negoció con Rogelio Frigerio que, en representación de Frondizi, le ofreció a cambio de los votos peronistas, la devolución de la C.G.T., la legalización del Partido Peronista y la revisión de toda la legislación promulgada por la ‘Libertadora’. Alguna vez, Cooke, comentando ese arreglo con el radicalismo, recordó que le preguntó a Perón si realmente creía que Frondizi honraría ese compromiso y que Perón contestó riendo; “ ¡¡¡Pero no, esos acuerdos siempre se hacen de mala fe ¡!!
Solo 5 días antes de las elecciones John W. Cooke, desde el ‘Comando Táctico Peronista’, anuncia la orden para todos los peronistas de votar a Frondizi. El 23 de Febrero de 1958, con el apoyo del peronismo, Frondizi gana las elecciones con el 43% de los votos, seguido por Balbín con el 23%.
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