LA MURALLA TOMA PARTIDO POR NUESTRAS RAÍCES.

POR LAS VOCES PROHIBIDAS EN LAS PÁGINAS DE LA HISTORIA OFICIAL.

POR LA MEMORIA ACTIVA, POR UNA JUSTICIA POPULAR Y SOCIAL.

LA MURALLA TOMA PARTIDO POR LOS VERDADEROS REFERENTES

QUE LUCHARON Y LUCHAN POR UNA HUMANIDAD MEJOR.

LA MURALLA TOMA PARTIDO POR NUESTRA GENTE, COMPROMETIDA Y SOLIDARIA.



8 de marzo de 2010

TEMAS DE DISCUSIÓN XV

Ser Latinoamericano (8º parte)

Cuando en 1966, los militares una vez mas nos roban el gobierno, el país vio como sacaban de la Casa Rosada a un hombre con estudios universitarios, que había pasado su vida atendiendo en su consultorio gente humilde en su provincia, que había leído a Kramer (aquel filósofo alemán del siglo XIX que le dio fundamento filosófico a la social democracia) y que, equivocado en sus concepciones, pero honesto en su proceder, estaba lidiando con las grandes corporaciones. Y todo esto para poner a un militar cuyas únicas lecturas conocidas eran el código militar y los fascículos que le daban en los cursos de catolicismo al que era tan adepto. Ese día sentimos que el costo de tener un militar sin conocimiento ni compromiso nacional al frente de las decisiones importantes para el país, sería muy alto y que, otra vez, ese costo lo deberíamos pagar todos (menos ellos), salvo q ue saliéramos a enfrentarlo…

Al jurar como ‘presidente’ (?), Onganía, se encontraban en el salón de actos una serie de dirigentes sindicales encabezados por Augusto Vandor en calidad de ‘invitados especiales’, que el pueblo interpretó como lo que realmente era, un contubernio entre burócratas sindicales y golpistas profesionales para asegurarse mutuamente poder, dinero e impunidad. Todo esto respondía a un proyecto del pentágono norteamericano para la represión obrera en América Latina, y lo hacían levantando la idea que la Argentina no estaba madura para la democracia y que primero había que construir realmente un estado, de crear una sociedad ordenada y eficiente para después, y solo después, darse el lujo de permitirse un gobierno democrático, que no era otra cosa que el concepto liberal de hacernos creer que somos incapaces y estúpidos y que solo ellos pueden, de puro solidarios que son, ayudarnos a alcanzar la mayoría de edad como para autogobernarnos, sabiendo de antemano que, por una parte, ellos son exactamente lo que nosotros NO queremos ser, porque no nacimos para sojuzgar pueblos ni asesinar trabajadores para enriquecernos, sin olvidarnos que el secreto de su ‘exitosa’ economía se basa en los millones de dólares que sacan de nuestros pueblos ya que sin ellos no podrían tener ni la tecnología ni las armas.

Perón, en un reportaje que le hizo Tomás E. Martínez para la revista ‘confirmado’, 1 día antes del derrocamiento de Illia, manifiesta que considera a Onganía como un buen soldado, que era un patriota, bien intencionado y honesto, no conforme con eso agregó “…llegó el momento en que los argentinos deben ponerse de acuerdo, si no, habrá llegado el momento de tomar las armas y pelear. El camino de la unidad es cada vez mas difícil. El camino de las armas cada vez mas fácil…”.

A poco de asumir Onganía, se da a conocer el acta del “Estatuto de la Revolución Argentina”, donde se disolvía el Congreso, el Poder Judicial, los partidos políticos y hasta la Procuración General de la Nación. La llamada Junta Revolucionaria también se disolvió y proclamaron, “Las fuerzas armadas no gobiernan ni co-gobiernan”. (aunque nadie les creyó).

Onganía, nombra a Jorge Salimei como ministro de economía, éste hombre había salido del Instituto de Economía de Mercado que dirigía Alsoragay. Al tiempo, el gobierno declara, muy suelto de cuerpo que “la revolución argentina no tiene plazos y que podría llegar a durar una década” .

Tiempo después, entusiasmados por lo que ellos creían un éxito de gestión, deciden avanzar sobre las libertades y se proponen terminar con el “semillero de sediciosos “ y deciden que la autonomía de las Universidades es peligrosa para el país y es anulada por decreto. La noche en que los organismos represivos ingresan a las Facultades se conoce como “La Noche de los Bastones Largos”, que traería, con el éxodo del plantel de profesores, el empobrecimiento intelectual de las cátedras, y el ostracismo con que la comunidad académica internacional castigó a la Argentina.

El tema del petróleo era crucial para Onganía, su decisión de entregar el patrimonio nacional a las grandes petroleras internacionales estaba en su agenda desde el primer día de gobierno, y dio vuelta la política de Illia, volviendo al planteo de Frondizi. Desde Madrid Perón dio por terminado su apoyo y describió a Onganía como “un reaccionario y un gorila” .(…el pueblo ya lo sabía…)

Algunos jefes del ejército, de esos que habían declarado que ‘no gobernaban ni co-gobernaban’ empiezan a cuestionar al gobierno. Onganía, como acto de afirmación de autoridad pasa a retiro al general Pistarini como comandante en jefe del ejército y nombra al general Julio Alsogaray , pero finalmente tiene que negociar y pone de ministro de economía a Adalbert Krieger Vasena, era el fin del año 67’.

A los pocos meses, la C.G.T., ante la presión de las bases, lanza un documento condenatorio, diciendo que “los intereses populares y nacionales se hallan en la vereda de enfrente del gobierno militar”, declaración tan imprecisa que no representaba el estado de ánimo de las bases y solo recibieron el desprecio de los trabajadores que estaban esperando un verdadero plan de lucha para enfrentar la dictadura.

Para esa época, el Ché Guevara, mediante una carta a la Tricontinental de la Habana predecía,”…nuevos brotes de guerra surgirán en estos y otros países americanos…”.

A mediados del 68’ Onganía dio signos de que las fuerzas armadas lo estaban intimando a corregir el rumbo, a “profundizar la revolución”, todo hacía preveer que si tiempo se acotaba.

Los gremios se llamaron a un “Congreso de Normalización” y allí se eligió una nueva dirección del movimiento obrero, que encabezaba Raimundo Ongaro del sindicato de gráficos. La facción que respondía a Vandor decide ignorar el Congreso y una vez mas se divide la C.G.T. en “de los Argentinos”, liderada por Ongaro y la C.G.T.-Azopardo liderada por Vandor.

En mayo del 68’ se produce en París la rebelión conocida como “El Mayo Francés”, mas tarde Perón diría “…todo comenzó en Mayo del 68’ en París…” para rematar con “…Yo estuve ahí en las barricadas…yo lo ví”.

El 23 de agosto del 68’ ante otro intento de ejercer control sobre las decisiones del gobierno, por parte de los comandantes en jefe, Onganía decide el relevo de éstos y nombra al general Lanusse en el ejército, al almirante Gnavi en marina y al brigadier Martínez Zubiría en aeronáutica. Un mes mas tarde le informan a Onganía que las fuerzas de seguridad habían descubierto y dispersado a un grupo peronista conducido por Envar El Kadre, que intentaban crear un foco de guerrilla rural en Taco Ralo, provincia de Tucumán, ese fue el inicio de un nuevo impulso de grupos que enfrentaban a la dictadura y en una cronología rápida e incompleta podríamos citar como fecha de inicio el mes de abril, cuando un grupo armado atacó un puesto de guardia de Campo de Mayo. El 12 de abril otro ataque guerrillero en puesto de guardia en aeropuerto, el 15 de abril, ataque al arsenal de Buenos Aires y se llevan un camión codn armas de calibre ligero. 16 de abril, un comando ataca un puesto en la base naval de Mar del Plata. 18 de abril en un ataque a un campo militar en Villa María (Córdoba), se llevan 12 rifles. 22 de abril se informa de ataques guerrilleros a puesto militar de Magdalena. En Salta y otras partes del país. El 23 de abril, Carlos Caride y Aida R. Filipini son capturados en el centro de Buenos Aires. El 4 de mayo se descubre una célula guerrillera en Tucumán.

Creo que viene al caso contar que, hace bastantes años, en algún lugar de esta generosa Latinoamérica, conversando con un guerrillero que había sido reclutado por el Che, me contó que durante el 64’ y el 67’, mas de 200 compañeros fueron enviados a Cuba a recibir cursos conocidos como ‘Peti’. El Che que estaba en Bolivia, luego de volver del Congo, en algún momento pasó por la Habana y seleccionó a 50 de estos guerrilleros pensando en una segunda etapa en Bolivia. Estos jóvenes, se organizaron y formaron columnas en Perú, otra en Brasil con Marighela y otra que se conocía con el nombre de Gelman (no por el poeta, sino por Alfredo Gelman el responsable que se contactaba con el Che). Ya preparadas las columnas, estaban esperando las órdenes del Comandante diseminados por Salta, Tucumán, Córdoba y Buenos Aires. Asimismo, otro grupo reclutado y dirigido por Bustos, con gente de ‘Pancho’ Arigó y Oscar del Barco también estaban a la espera.

Los grupos nunca llegaron a ser convocados por el Che, y a su muerte, deciden transformarse en la F.A.R. (Fuerzas Armadas Revolucionarias) y es el primero en realizar acciones bajo la dirección de Osatinsky, Kurlak, Olmedo, Jag y Marrero Díaz.

Según el análisis que me hacía este compañero, era probable que a la URSS ya no le interesara que el Che recibiera ese contingente de guerrilleros y que Alfredo Gelman ya fuera un agente soviético, porque a partir del distanciamiento del Che con la URSS, Gelman desaparece con los 150.000 dólares que le habían sido confiados parta la logística y nunca volvió a la Argentina y hablando con otros ex - compañeros hace poco, me enteré que hoy probablemente viva en Italia.

Estos grupos estaban reunidos en lo que se llamó “Ejército de Liberación Nacional” y lo componían, además de la F.A.R., el P.R.T., el P.C.R., la F.A.L.., estas organizaciones atacaban sorpresivamente, obtenían un éxito basado en la sorpresa y la organización y se retiraban en orden y en base a un plan trazado, lo que hacía muy difícil su represión. El gobierno militar reacciona y al no poder enfrentar con los manuales de guerra que habían aprendido, son entrenados por grupos parapolicilales franceses con técnicas probadas en Argelia y por la escuela de las Américas, un instituto para militares que se realiza en Centro América y es dictado por especialistas del pentágono norteamericano en guerra antisubversiva.

Entre las primeras decisiones de Onganía las facultades de humanidades eran su obsesión, la represión se hace sentir y los estudiantes no se quedan de brazos cruzados, salen a resistir y se enfrentan al gobierno que no duda en calificarlas de “..agentes de la antipatria y el comunismo”.

En la provincia de Corrientes los estatales salen a la calle y la policía trata de dispersarlos, dispara sus armas y cae muerto el estudiante Juan C. Cabral, al otro día su funeral fue multitudinario. En Rosario, una manifestación de protesta es reprimida por la policía y matan de un balazo al estudiante Ramón Bello. En Córdoba, las autoridades cierran la facultad. En Buenos Aires son heridas 20 personas y arrestadas 160 en otras manifestaciones. En todo el país las marchas y repudio al gobierno se suceden. Para no tener que enfrentar al pueblo, se decide por primera vez en la historia Argentina, suspender todas las festividades oficiales preparadas para el 25 de Mayo, en un vano intento de frenar a los trabajadores que salían a pelear en cada provincia, pero no pudieron, cuando el 29 de Mayo se preparaban para celebrar el día del ejército, Onganía y Lanusse se enteran que por las calles de Córdoba miles de trabajadores empezaban a marchar rumbo al centro de la Ciudad, con una policía desbordada, se convoca al ejército, que ese día estaba preparado con ropa para desfilar y no para reprimir, así es que los hacen cambiar de ropa y armarse para detener al pueblo pero ya era tarde, todo se les fue de las manos. El Cordobazo ya era imparable y los días de Onganía estaban contados.

A los pocos días, llega a la Argentina Nelson Rockefeller y a modo de ‘bienvenida popular’, los trabajadores incendiamos 15 supermercados de la cadena Minimax.

A fines de junio, es muerto un sindicalista conocido como un burócrata y traidor de su gremio (la U.O.M.) y la clase obrera, se trataba de Augusto T. Vandor, que fue acribillado en la sede de su gremio. El gobierno, una vez mas tomado de sorpresa, declara el estado de sitio y encarcela a 300 activistas acusándolos de sospechosos, no contento con eso, encarcela también a los abogados que se apersonaban a los juzgados presentando ‘habeas corpus’. También es encarcelado Raimundo Ongaro e infinidad de dirigentes.

Lanusse, en representación de las fuerzas armadas, le entrega un informe a Onganía, donde manifiesta que el gobierno estaba sufriendo un grado de deterioro que no se condecía con al espíritu de la ‘Revolución Argentina’ y pide que “los militares no sigan siendo meros espectadores de los graves hachos que suceden”, lo que significaba que le exigían a Onganía mas participación en el gobierno y mas represión al pueblo, además de representar una velada amenaza al poder de Onganía.

El 29 de mayo, día del ejército y primer aniversario del cordobazo, un grupo secuestra de su casa al militar que para muchos de sus camaradas debía ser el sucesor de Onganía y ya estaba formando un partido político, se trataba del general Pedro. Aramburu, que fue detenido en su casa particular y sometido a juicio revolucionario y posteriormente condenado a muerte. En Buenos Aires la prensa recibió un comunicado que decía: “ Perón Vuelve, 1 de junio de 1970 – Comunicado n*4. al Pueblo de la Nación: La dirección de Montoneros informa que hay a las 7 hs. en punto Pedro Eugenio Aramburu fue ejecutado. Que Dios se apiade de su alma. Perón o Muerte ¡Viva la Patria! Montoneros.

Para los militares que ‘no gobiernan ni co-gobiernan’, según sus propias reglas, romperlas no significaba gran cosa, ya que tienen en su haber una larga historia de desprecio a las leyes y las reglas. Así es que al poco tiempo, Ongania es retirado del poder por sus propios compañeros de averías, no sin antes armar un simulacro de enfrentamiento que incluyó rodear la casa rosada donde éste se hallaba amotinado y jurando a las tropas sublevadas que resistiría hasta las últimas consecuencias. Por cierto que nada de eso sucedió y se entregó sin pena ni gloria a las pocas horas, y aunque todos ellos dijeron que había decisión de abrir fuego en cualquier momento, el pueblo, cansado de esas bravuconadas mas propia de un sainete, siguió organizando la rebelión por abajo.

Lanusse toma la voz cantante y asegura : “…Quiero poner fin de una vez por todas a la costumbre de elevar al Comandante en jefe del Ejército a la Presidencia…”. Esta declaración, dicha con el uniforme de gala y con cara de póker, hizo creer en principio a algunos incautos que era un llamado a elecciones, pero otra vez cambió de idea y al otro día nombran al general Roberto Levingston como presidente, un militar de inteligencia que vivía en Estados Unidos desde hacía años, por lo que tuvieron que traerlo rápidamente al país para que asuma.

A los 13 días de asumir Levingston, en el pueblo de La Calera (Córdoba) un grupo guerrillero toma la comisaría, el banco y se llevan 10 millones de pesos, hecho asumido por Montoneros, poco después la policía encuentra el cuerpo de Aramburu.

Las acciones se suceden, se produjo un ataque con bombas en la Escuela Superior de Guerra y pocos días después hubo una incursión a Garín que fue mas compleja e impresionante, donde participaron 36 guerrilleros, fue tomada la comisaría, el bar, la radio, la estación del Ferrocarril, tomaron todo el dinero que pudieron y se retiraron, todo eso en 11 minutos, el hecho fue ejecutado por la F.A.R. (Fuerzas Armadas Revolucionarias).

Como para no dejarlo ni respirar, a los 4 meses de asumir Levingston, es muerto José Alonso, otro sindicalista burócrata despreciado por los trabajadores. La actividad guerrillera siguió sin tregua durante 1970, las F.A.R. atacaron 2 bancos en Córdoba y La Plata, los Montoneros se llevaron 8 millones de pesos de una oficina de Correos de Córdoba, las F.A.P. atacaron una comisaría en Escobar, sin duda los grupos guerrilleros estaban incrementando la escalada de sus operaciones, en ese tiempo dinamitaron una comisaría en Santa Fe, reunieron 88 millones de pesos al tomar una estación en Bariloche y 122 millones en la provincia de Córdoba.

Levingston es advertido que nuevamente la Provincia de Córdoba estaba gestando otro ‘cordobazo’ organizado por obreros y estudiantes, nombra como gobernador a José C. Uriburu. Éste afirmaba que la conspiración subversiva era semejante a una víbora que prometió decapitar rápidamente, no obstante la bravata de este personaje, a los 3 días Córdoba estalla nuevamente en otro movimiento que la gente llamó ‘el Viborazo’ , como forma de reírse del exabrupto de Uriburu, que a los 2 días fue depuesto. Levingston criticó duramente la forma en que Lanusse había manejado el incidente y destituyó a éste como Comandante en Jefe de ejército, pero Lanusse, en otro golpe palaciego, le arrebata el poder a Levingston y esta vez, y sin recordar su promesa…se autoproclama presidente…era el mismo que juró que pondría fin a la costumbre de elevar a la presidencia al Comandante en Jefe del Ejército… Por su historial militar de hombre duro, los grandes capitales y las empresas monopólicas esperaban que con su mano dura le pusiera freno a la lucha popular, pero claro, una cosa era reprimir a los trabajadores desarmados y otra era enfrentarse a un pueblo que se empezaba a levantar en armas…

No hay comentarios:

Publicar un comentario