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15 de marzo de 2010

TEMAS DE DISCUSION XV

Ser latinoamericano (10º parte)

El juego electoral había comenzado y nadie quería quedarse afuera, entre Perón y Lanusse habían monopolizado el escenario político con amenazas, declaraciones y juramentos tan bien hechos que logran el resultado buscado, para el pueblo se trataba de una pelea entre Perón y los militares, dejando a los demás partidos como simples espectadores, y para dejarlo mas claro, Perón enfatizó que la “lucha era entre el pueblo y las fuerzas armadas” y a las formaciones guerrilleras se los dijo en otro idioma, asegurando que “el enfrentamiento era entre la revolución y la contrarrevolución”.

Perón nombra a Galimberti en el consejo superior del partido y luego a Juan Manuel Abal Medina (hermano de Fernando, fundador de Montoneros) como secretario general del movimiento, como una forma de demostrarle a Lanusse que a él nadie le ponía condiciones y para seguir siendo tapa de todos los medios, con estas designaciones tan discutidas. También usó términos como “liberación o dependencia” para dirigirse a los empresarios y gente ‘bien pensante’, a los que palabras como ‘revolución’ o ‘pueblo’ les producía escozor e hizo público las “Bases mínimas para la Reconstrucción Nacional” que era casi un calco de la declaración de ‘La Hora del Pueblo’ que había consensuado con el radicalismo.

La fecha de presentación de listas para los comicios del 73’ se acercaba y Perón no volvía a la Argentina, el radicalismo se entusiasmaba con la idea de que el peronismo no encontrase un candidato potable sin Perón y la izquierda se había reunido en la “Alianza Popular Revolucionaria” tras la figura de Oscar Alende y mucho mas atrás, en los sondeos venía Manrique y Ezequiel Martínez (otro marino retirado). Perón había logrado que la identidad peronista persistiera en el tiempo como un artículo de fe, en ella todo el espectro se sentía representado, desde parte de la guerrilla, hasta los gremialistas corruptos y burócratas. Los viejos peronistas de la resistencia descontaban que con la sola presencia de Perón, al margen del resultado eleccionario, el pueblo saldría a las calles como en el 45’ exigiendo llevar a Perón al poder, en una patriada mucho mas numerosa que en aquella fecha, y a la que hasta le habían encontrado un nombre; “Argentinazo”. El 17 de octubre del 72’ tan esperado llega pero Perón no está en la Argentina, en su lugar, Cámpora se reúne con la junta de comandantes y establecen al fin el calendario político, el retorno de Perón se prevé para el 17 de noviembre por intermedio de un mensaje de Perón y a partir de allí todas las corrientes peronistas empiezan a organizarse para ir a Ezeiza a recibirlo. Al fin Perón vuelve el 17 de noviembre, en circunstancias que son muy conocidas, durante su estadía realiza reuniones con distintos partidos y vuelve a Madrid. Dese allí anuncia que el candidato del FREJULI sería Héctor Cámpora , seundado por Solano Lima, un viejo conservador.

Si bien Cámpora tampoco cumplía con los requisitos exigidos por los militares para ser candidato, ya que sus viajes al exterior lo dejarían sin posibilidades, ante la insinuación de Perón que podría cambiarlo por Julián Licastro, un teniente d1* del ejército dado de baja por declarar su afiliación peronista. O por Galimberti, que para los militares representaba la ultra izquierda, resolvieron aceptarlo a Cámpora.

Aunque por arriba los dirigentes políticos encontraban coincidencias, por abajo, parte de la militancia no creía en esa ‘puesta en escena’ de marchas y contramarchas y no hubo una semana sin que los ataques de la guerrilla sacudieran las tapas de los diarios. Los secuestros se multiplicaban en una escalada tanto de la importancia de las victimas como de los montos de los pagos de rescate, en la lista de raptos estuvieron el presidente de Philips de Argentina, el gerente de la Anglo, un lato ejecutivo de la ITT entre otros.

Los ataques con bombas también continuaban, el hotel Sheraton, un Club de Campo, las fuerzas armadas perdieron un contraalmirante y un oficial de inteligencia del ejército. El E.R.P. perdió a Ramón R. Jiménez y las F.A.R. sufrieron un revés al intentar atacar un tren militar.

Perón, entretanto, se reúne con un delegado del Viet Cong en Perís y la izquierda peronista recibe el hecho como una toma de posición del ‘viejo’, pero casi inmediatamente felicita públicamente a los sindicalistas mas repudiados por la izquierda, y la derecha lo asume como otra ‘toma de posición’. El dinero llega a raudales a las arcas del FREJULI para la campaña, José Ber Gelbard, como líder de la Cámara de empresarios realiza reuniones con éstos, asegurándoles que solo Perón podría frenar a la izquierda y con éste solo argumento consigue que los bolsillos, tan proclives a cerrarse, se abran generosamente a los aportes a la campaña, tal vez pensando que de esa forma estaban pagando un seguro contra un secuestro.

Al momento de elaborar las listas, todos fueron recompensados, la izquierda recibió la mayoría de candidaturas en el congreso y en las gobernaciones y a su vez, la derecha fue llamada a formar parte del ‘entorno’ íntimo de Perón, que lo integraban José Ver Gelbard, José Ignacio Rucci y José Lopez Rega.

El resultado de la elección fue del 49,5 para el FREJULI y lo seguia el radicalismo de Balbín con el 21,3, lo que obligaba a una segunda vuelta técnicamente, pero al final Balbín renuncia a su candidatura.

A solo 4 días de pasadas las elecciones, es muerto en un tiroteo un jefe Montonero, Mariano Pujada y en adelante nunca pasaron mas de 2 días sin noticias de algún golpe guerrillero. ÇA principios de abril es muerto el coronel Iribarren, jefe de inteligencia del 3* cuerpo de ejército en Córdoba. Mas visiblemente restablecidas las F.A.R. a fines de marzo ocuparon brevemente la ciudad cordobesa de Villa Alende, en abril asaltan los tribunales de San Isidro, llevándose armas y documentos y a fines de abril montaron la ocupación de tres estaciones de ferrocarril. El E.R.P. se apodera de 2 comisarías en la Isla Maciel, pusieron una bomba en un cuartel de la marina y raptan al contra almirante Alemán, un ex jefe de inteligencia de la marina. El 30 de marzo el contra almirante Hermes Quijada, otro oficial de inteligencia es abatido en un tiroteo.

Desde Madrid, Galimberti, luego de una reunión con Perón dijo en una conferencia d prensa, que el nuevo gobierno investigaría lo hecho por las fuerzas armadas y que además crearía las milicias populares, lo que desató la furia de Perón y quedó separado de su cargo en la movimiento peronista.

La muerte de Quijada fue un golpe muy duro para el gobierno de Lanusse, éste declara el estado de emergencia en cinco provincias y una búsqueda rastrillo por todo el país se desata, sin lograr resultados, al final decide levantar el estado de sitio que regía desde el Cordobazo . el E.R.P. le contestó ese mismo día matando a Dirk Kloosterman, dirigente del sindicato de mecánicos de automóviles.

En menos de 65 días, fueron secuestrados y pagaron rescate; el gerente general de Kodak Argentina, el director de Nobleza – Picardo, un alto ejecutivo de Ford Motors, entre otros.

Finalmente, el día de la asunción llegó y en la plaza de Mayo se encontraban las banderas de la F.A.R. y Montoneros dando la bienvenida al nuevo gobierno del Dr. Cámpora.. Al resto de la militancia no la convencía nombramientos como el de Ber Gelbard en economía ya que se lo reconocía como un dirigente de los Empresarios y el del general Calcagno como jefe del ejército, ya que este había sido quien dirigió la represión durante el Cordobazo. Y tantas designaciones que asombraban y preocupaban a la gente que había luchado contra la dictadura en busca de un gobierno popular.

En su discurso, al asumir, Cámpora habló de una forma que la izquierda no esperaba, la palabra ‘concertación’, que inevitablemente conducía a entenderla como ‘conciliación de clases’ entre la clase obrera y el capital estuvo siempre presente en el discurso, Perón quería dejar en claro que el plan económico que le había preparado José Ver Gelbard era lo que él tenía en mente y no el que esperaba el ala izquierda de su partido. El ‘trasvasamiento generacional’ no significaba aceptar las medidas radicales que ellos querían.

A medida que avanzaba el discurso en el Congreso, columnas de jóvenes empezaban a organizarse y marchaban hacia las prisiones para liberar a los presos políticos. Cámpora, como primera medida de gobierno firmó la amnistía a los presos políticos y la pasó a diputados, donde fue aceptada a libro cerrado y sin discusión. Junto con la amnistía se disolvían 3 organismos de represión que habían establecido los militares. También se disolvió la poderosa D.I.P.A. (departamento de investigaciones policiales de actividades antidemocráticas) y se ordenó la destrucción del archivo de ‘sospechosos subversivos’, pero al tiempo se supo que antes de destruirlo se habían duplicado esos archivos.

También se avanzaba en la depuración de organismos del estado con las tomas, por parte de los empleados y obreros con la destitución de sus directores por parte de asambleas populares que se realizaban en las plantas, donde mas de una terminaba sacando a los empujones a los funcionarios acusados de reprimir huelgas y manifestaciones.

La derecha también estaba activa, en esa carrera para ver quien se quedaba como factor de poder en el nuevo gobierno, desde el ministerio de bienestar social que dirigía López Rega, se nombra como ‘subsecretario de deportes’ al coronel Osinde, un ex militar sin escrúpulos, con orden de combatir a la militancia , a tal efecto le ponen a su disposición un presupuesto que le permitió formar un pequeño ejército bien armado y organizado para reprimir con el respaldo del estado. Posteriormente, esta organización se convertirá en la funesta ‘triple A’ (Alianza Anticomunista Argentina), que operaba al margen de la ley y con el visto bueno del poder, manejándose desde el ministerio de bienestar social, sembrando el terror en ciudades y barrios y asesinando dirigentes y militantes populares. Todo la represión popular fue confiada a otro personaje siniestro; Ciro Ahumada, un ex capitán del ejército que nombrado como responsable de la lucha contra el tráfico de drogas, se aseguraba el acceso a fondos casi sin límites y que lo habilitaba para recibir de Estados Unidos, dinero y asesores especializados en combatir a la guerrilla, y fue el encargado, desde sus oficinas en la empresa del estado Y.P.F., reclutar a ex oficiales del ejército a los que los militantes populares llamábamos los ‘argelinos’, ya que su jefe aseguraba, aunque nunca lo pudo comprobar, que había aprendido sobre guerrilla con Ben Bella en Argelia.

Para esa época, las F.A.R. y Montoneros realizan una conferencia de prensa y anuncian que han abandonado la lucha armada y que están dispuestos a defender el –gobierno del pueblo-, en cambio el E.R.P. que también realiza una conferencia de prensa el mismo día, en la voz de su líder Roberto Santucho, proclama que la lucha armada continuaría hasta la conquista del poder popular.

El presidente Cámpora, viaja a Madrid a tramitar la vuelta de Perón y a llevarle el decreto de restitución de su rango militar –teniente general- con el derecho a usar uniforme.

Inmediatamente se empezó a organizar la vuelta de Perón, corriendo muchos rumores de la preocupación de Perón por no poder, Cámpora, controlar la violencia popular. Juan M. Abal Medina saca un comunicado exigiendo que deben cesar de inmediato las tomas de los ministerios y organismos nacionales y privados, por parte de los grupos militantes.

Cuando se establece el 20 de junio como fecha para el retorno de Perón, el gobierno comisionó al ex militar Osinde para que haga cargo del control del acto de bienvenida, ya que el enfrentamiento entre la izquierda y la derecha del peronismo se preveía como inevitable en los bosques de Ezeiza. Osinde forma a todos las fuerzas que tiene a mano, desde guardaespaldas de sindicalistas y de ministros, ex policías y represores armados con armas pesadas y se preparan para el enfrentamiento.

Ya el 19 de junio la gente empezó a acampar a la espera del avión que traería a Perón y todo su entorno, al llegar el 20 al mediodía, una enorme columna identificada como Montoneros se abre paso entre los concurrentes con el firme propósito de establecerse al lado del escenario, al rato, Osinde, desde arriba del escenario, se da cuenta que no la va a poder hacer retornar . A las 16,30, el coronel Osinde y el capitan Ciro Ahumada, colocados desde puntos estratégicos en los bosques de la zona, dan la orden de ametrallar a la multitud. La matanza de Ezeiza empezaba…

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