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15 de noviembre de 2012

LA EDUCACION III

                               

                     La Educación para la Libertad



          Si bien es cierto que  la educación ya no está en manos de la Iglesia, no al menos con la fuerza de hace años, aún quedan residuos de la influencia que tuvo. Los términos ‘Seminario’, ‘Claustro’, ‘Estar En Capilla’, que aún se escuchan en las escuelas y las universidades, nos lo recuerdan constantemente, no obstante, debemos entender que está en lenta pero continua retirada. Hoy, en las encuestas que se realizan sobre sexualidad, fecundación in Vitro y otros tantos temas, en que la Iglesia tiene una posición tomada, la mayoría de los encuestados se han declarado contrarios a esas posiciones, a pesar que muchos de ellos se reconocieron como ‘cristianos’.

          Si en realidad queremos cambiar definitivamente este estado de cosas, se deberá apartar a los pedagogos del sistema de los nuevos planes de estudios. La educación, tal como la entendemos muchos participantes de los Bachilleratos Populares, debe venir desde la clase obrera, con todas sus limitaciones científicas, pero también con toda la historia de luchas y vivencias. También es cierto que debemos estar preparados para que quizás no salgan con todo el conocimiento que hoy creemos necesario, pero su formación clasista,  obrera y popular les dará las herramientas intelectuales necesarias para formarse con mas criterio, se podría comparar la educación con la agricultura, los primeros frutos no son tan importantes, sino la fecundidad de la tierra. La prioridad de la educación para la libertad es enseñar a pensar, a discutir, a recordar, a plantearse problemas, recordemos que fue en busca de lo imposible que el hombre ha realizado lo posible, si solo buscamos lo posible, muy pronto abandonaremos lo difícil y finalmente nos acomodaremos con lo ya conocido y de esa forma no daremos un solo paso hacia delante.

          La educación para la libertad implica en compromiso de vida que necesita de dos partes dispuestas s modificar este estado de cosas, el compromiso de ambas debe ser claro: O se educa para adaptarse a este tipo de sociedad o se educa para comprometerse con la transformación de la misma.

          La educación para la libertad significa que las órdenes dejen paso a la persuasión razonada y el ejemplo. La utopia deja de serlo cuando se realiza, en ese sentido, la educación es una utopia que se realiza todos los días, porque ningún proyecto debe darse por terminado si entendemos que la formación de un ser humano, empieza cuando nace y termina solo cuando fallece, porque siempre se debe estar aprendiendo, y es por eso que en el aula no hay un profesor y un alumno, sino dos personas que intercambiar información y conocimiento para desarrollarse intelectualmente y de esa manera marchar juntas hacia la libertad. Esa libertad que no acepta limitaciones en la realización del ser humano, que no acepta la esclavitud de nadie ni los convencionalismos burgueses, por eso debemos apartar de las aulas a los profesores formados en las universidades que nos propone el sistema, en tanto estén convencidos de esa educación cerrada y vertical.

          La educación para la libertad será realizada por la clase obrera o no será.

       

LA EDUCACIÓN II

LA IGLESIA Y LA EDUCACION 


                                                   
          A mediados del 1500, cuando el poder del Papa empieza de decaer, el clero se reorganiza en una suerte de milicia a la que llama Orden de los Jesuitas, fundada por Ignacio de Loyola y con un objetivo claro y de largo aliento, devolver a roma el poder perdido. Su brazo mejor preparado fuel dedicado a la educación, en el terreno estrictamente pedagógico los jesuitas dieron a sus colegios un barniz de cultura. Sin importarles demasiado la enseñanza popular, sin embargo se esforzaron en captar la educación de nobles y de la burguesía acomodada, Consejeros de los grandes señores, directores espirituales de las grandes damas, profesores de los niños distinguidos, se jesuitas se entremezclaron rápidamente en el mundo de la educación y pronto fueron los maestros por autonomacia, y luego de 60 años de trabajo elaboraron su Plan de Estudios, luego de juntar mucha experiencia y asambleas entre sus miembros.

          Acá debemos detenernos un instante para recordar que el jesuita no es solamente un confesor, es un director espiritual y como tal es consultado sobre todo, desde el nacimiento, el casamiento y los negocios, y no se cree obligado al secreto de confesión, de manera que si veinte directores que viven juntos en un monasterio, pueden examinar y manipular los miles de almas de la comunidad en que viven con la información que recogen de esas almas que están abiertas para ellos y que ellos conocen hasta sus secretos mas guardados, los que pueden ser debatidos en sus conciliábulos y a partir de ese conocimiento preparar sus acciones para actuar en esa sociedad.

         El reglamento de estudios que data de 1599 está vigente hasta hoy en los colegios jesuitas, es la mas perfecta organización que se conoce para romper en los alumnos hasta el mas tímido asomo de independencia personal, y para lograr, por lo tanto, colaboradores adictos, celosos e incondicionales para las esferas de un gobierno y de las finanzas. “En igual forma que se fajan los miembros del niño desde la cuna –decía el jesuita Cerutti en su apología- es necesario desde la primera juventud fajarles la voluntad para que se conserven el resto de sus vidas en una feliz y saludable flexibilidad”. La cultura intelectual es inculcada de modo tal que no se llegara jamás a la emancipación  intelectual. Se puede leer en sus constituciones “ Ninguna de las personas empleadas en servicios domésticos por cuenta de la sociedad deberá saber leer y escribir. En ningún caso se la instruirá a no ser con el consentimiento del general de la Orden, porque para servir a Jesús, basta la sencillez y la humildad”. Así de claro desprecian los jesuitas todo lo concerniente a la educación popular ‘guárdate del deseo de saber demasiado’ les recuerda su manual ‘es un gran insensato el que busca otra cosa que no sea servir a su propia salvación’. Basta recordar que la regla mas importante de las escuelas es guardar silencio, lo mismo para los profesores como para los alumnos, está casi prohibido hablar con el maestro y los castigos corporales son moneda corriente en sus aulas. Tienen como objetivos, que en sus escuelas se enseñen trabajos manuales (escuelas de artes y oficios) pero de modo tal “Que las escuelas lleguen a ser agencias de información donde las personas acomodadas puedan ir a buscar servidores para sus casas o trabajadores para sus empresas. Los maestros visitarán las casas de los alumnos para informarse de ‘las costumbres y prácticas religiosas de sus padres y deben revisarles la correspondencia para que no se difundieran los libros contaminados de herejía”.

          Para finalizar este segmento, recodemos que revoluciones en la cultura no hemos visto mas que dos, cuando la sociedad primitiva se dividió en clases y cuando la burguesía del siglo XIII sustituyó al feudalismo, y hemos visto como la educación ha estado siempre al servicio de las clases dominantes, hasta que  otra clase revolucionaria consigue desalojarla e imponer su nueva educación. Cuando la nueva clase no es todavía bastante fuerte, se conforma provisoriamente con que la clase dominante de apriete un poco para hacerle un sitio. En ese caso no hay una revolución, en la educación, sino, simplemente una reforma.  

LA EDUCACIÓN I




La educación no tiene una, sino muchas definiciones, ya que éstas varían según la sociedad, el momento histórico, la ideología y quien intente una definición puede encontrar una nueva forma, o tal vez se podría sintetizar si decimos que varía de acuerdo a que clase responde (consciente o no) el que lo haga. En un rápido y seguramente incompleto pantallazo, si partimos desde los griegos antiguos, veremos que la formación de los jóvenes se basaba en el conocimiento de la agricultura, ya que de la tierra dependía la supervivencia del grupo familiar (Homero labraba su propia parcela), despreciándose las demás tareas, por lo que casi no existían los comerciantes griegos (los comerciantes de la Odisea eran todos fenicios), tiempo después, el ideal de la educación para un joven griego era el estímulo a las ‘virtudes ‘ guerreras, por el afán de las clases dominantes de tomar tierras ajenas y acrecentar su riqueza. En el caso de los espartanos, desde los 7 años el estado se apropiaba del chico y no lo abandonaba mas. Hasta los 45 años pertenecía al ejército activo y hasta los sesenta a la reserva, y su educación se basaba en la ‘nobleza de las armas’. Asegurar la superioridad militar sobre las clases sometidas era el fin supremo de la educación, por lo que ‘instrucción’ en el sentido que hoy e damos a ese término, casi no existía entre los espartanos, muy pocas personas de la nobleza sabían leer, tal era su desprecio por lo que no fueran las ‘virtudes’ guerreras, que prohibían a los jóvenes interesarse por cualquier asunto que pudiera distraerlos del ejercicio de las armas. Por supuesto que esta educación, producía seres salvajes, brutales, taciturnos, astutos, crueles y a veces heroicos.

 En Roma, para la misma época, las cosas no eran muy distintas, los nobles, ansiosos de poder y riqueza, al igual que los nobles griegos, preparaban a sus hijos para salir a invadir tierras ajenas, con el fin de tomar prisioneros que convertían en esclavos y se aseguraban que con un costo mínimo (un magro plato de comida). Les labraran la tierra y sirvieran como personal doméstico en sus palacios, como así también como maestros para que sus hijos aprendieran a leer y escribir. Al crearse escuelas particulares, el estado se alertó por el terror a lo que los maestros enseñaran, la idea de enseñanza no permitía exceder los conocimientos mas allá de los dioses, ya que la ‘libre enseñanza’, no significaba ‘libre doctrina’, la censura no tardó en llegar y se crea la figura del regente, para controlar que la enseñanza no se aparte de la ‘vida y costumbres’ de la sociedad que el estado no tenía ninguna intención de modificar. La preocupación en Roma por la instrucción que recibía la juventud, que al ser privada era solo accesible a las familias pudientes era tal, que llegó a subsidiar estas escuelas con la condición de instalar en cada una un censor que se preocupaba de que no se excediera esa educación de los límites que el senado romano había impuesto, dejando afuera al maestro que se atreviera a hablar del Cristianismo. 

Años mas tarde, en el siglo V de nuestra era, el estado empieza a abonar salarios, aunque irregularmente, a los maestros, a condición de que éstos solo serán nombrados por las municipalidades. El emperador Juliano pocos años mas tarde regularizó esos salarios. La enseñanza a cargo del estado ha aparecido en la historia. - . - En tiempos de la edad media, la Iglesia, ya desarrollada y con una normativa rígida, había acumulado riquezas que le permitían financiar guerras, invasiones, y sobre todo ser prestamistas de príncipes, reyes y agricultores, que en tiempos de sequía o magras cosechas, necesitaba dinero para mantenerse. Este clero se organizó de tal manera que solo enseñaba a leer y escribir en latín, lo que limitaba a los alumnos a leer solo las escrituras llamadas ‘sagradas’ de la Iglesia. Por su enorme poderío, no es asombroso que las primeras escuelas fueran los monasterios, aunque hay que aclarar que las ‘escuelas de instrucción’ (para campesinos y artesanos), no enseñaban a leer ni a escribir, ya que según ellos mismos aclaraban, que su objetivo no era instruir, sino familiarizar a las masas campesinas con las doctrinas cristianas, o sea que su afán se centraba en mantener a os campesinos en la docilidad y el conformismo, no se preocupaban en instruir, sino en predicar y recordar constantemente que para la Iglesia, todo lo que no aleja al hombre del pecado es positivamente dañoso. Un historiador benedictino, ha escrito que los jornaleros de los monasterios, por el hecho de ser analfabetos ‘presentaban mas resistencia a la fatiga y eran capaces de soportar una tarea mas larga y mas penosa’. Ya en el siglo XI empieza a nacer una nueva clase: La burguesía, nacida de los mercaderes que se enriquecieron, muchos de ellos, acompañando a los nobles en las cruzadas, comprándoles las joyas, junto con los esclavos y los bienes que éstos saqueaban a su paso por las ciudades (todo en nombre de Dios) y que os mercaderes vendían después a muy buen precio. Estos burgueses, necesitaron burócratas que les administrasen sus posesiones y empezaron a preocuparse en la instrucción de sus hijos. Así nace la Universidad, como una necesidad de mercado. En esa Universidad, el muchacho que deseaba estudiar las artes liberales, adquirió, paso a paso, el grado de bachiller, licenciado y doctor. La conquista de un título universitario, ponía al buen burgués, casi al ras de la nobleza, cuando se paseaba con su anillo, su toga y su birrete, lo empezaban a tratar como un noble. 
Al llegar el Renacimiento, la cultura, siempre al servicio de los poderosos, cambia sus prioridades y fue su objetivo formar hombres de negocio, que fueran al mismo tiempo ciudadanos cultos y diplomáticos hábiles. ‘Una lengua universal, un tipo uniforme de cultura y la paz perpetua’, tal como lo sintetizó Erasmo en el año 1500. El brillo extraordinario del Renacimiento no modificó la situación de la educación de los explotados, ‘Escribo para los cultos y no para la plebe’ había dicho Ponciano y ese fue el sentir de lo que hoy llamamos ‘humanismo’. Recodemos que en el 1400 Leonardo Bruni había escrito ‘he sospechado siempre de las multitudes , 100 años mas tarde otro intelectual había afirmado ‘Quien dice pueblo, dice loco, porque es un monstruo lleno de confusión y temores’, los humanistas siempre han despreciado al pueblo. Toda la cultura renacentista descansaba sobre finanzas de banqueros y su objetivo fue darle utilidad y lustre a esa clase, dejando de lado a las clases populares. Recién con la aparición del libro impreso se empieza a vislumbrar una nueva educación mas integradora, si bien durante los primeros tiempos el precio de un libro solo estaba al alcance de las familias acomodadas y las universidades. La aparición de Lutero y la reforma crearon una nueva expectativa esperanzada para la educación popular y que contuviera mas ciencia que dogma, ésta fue pronto traicionada por el mismo Lutero que, la ver la actitud de la gente que avanzaba en a búsqueda de conocimientos iba mas lejos de lo que él creyó, no solo frenó su guerra de exterminio sobre el Vaticano, sino que llegó a afirmar a los príncipes de Sajonia que el espíritu rebelde era un instrumento de Satán y que esa actitud debía ser abolida en el país porque incitaba a la resistencia contra las autoridades, afirmando que al pueblo ‘se le debe empujar corporalmente a trabajar y a cumplir con sus deberes piadosos, como se tiene a las bestias en prisión y encadenadas’. El hombre de las clases inferiores siguió excluido de la enseñanza.