La Educación para la Libertad
Si bien es
cierto que la educación ya no está en
manos de la Iglesia ,
no al menos con la fuerza de hace años, aún quedan residuos de la influencia
que tuvo. Los términos ‘Seminario’, ‘Claustro’, ‘Estar En Capilla’, que aún se
escuchan en las escuelas y las universidades, nos lo recuerdan constantemente,
no obstante, debemos entender que está en lenta pero continua retirada. Hoy, en
las encuestas que se realizan sobre sexualidad, fecundación in Vitro y otros
tantos temas, en que la
Iglesia tiene una posición tomada, la mayoría de los
encuestados se han declarado contrarios a esas posiciones, a pesar que muchos
de ellos se reconocieron como ‘cristianos’.
Si en
realidad queremos cambiar definitivamente este estado de cosas, se deberá
apartar a los pedagogos del sistema de los nuevos planes de estudios. La
educación, tal como la entendemos muchos participantes de los Bachilleratos
Populares, debe venir desde la clase obrera, con todas sus limitaciones
científicas, pero también con toda la historia de luchas y vivencias. También
es cierto que debemos estar preparados para que quizás no salgan con todo el
conocimiento que hoy creemos necesario, pero su formación clasista, obrera y popular les dará las herramientas
intelectuales necesarias para formarse con mas criterio, se podría comparar la
educación con la agricultura, los primeros frutos no son tan importantes, sino
la fecundidad de la tierra. La prioridad de la educación para la libertad es
enseñar a pensar, a discutir, a recordar, a plantearse problemas, recordemos
que fue en busca de lo imposible que el hombre ha realizado lo posible, si solo
buscamos lo posible, muy pronto abandonaremos lo difícil y finalmente nos
acomodaremos con lo ya conocido y de esa forma no daremos un solo paso hacia
delante.
La educación
para la libertad implica en compromiso de vida que necesita de dos partes dispuestas
s modificar este estado de cosas, el compromiso de ambas debe ser claro: O se
educa para adaptarse a este tipo de sociedad o se educa para comprometerse con
la transformación de la misma.
La educación
para la libertad significa que las órdenes dejen paso a la persuasión razonada
y el ejemplo. La utopia deja de serlo cuando se realiza, en ese sentido, la
educación es una utopia que se realiza todos los días, porque ningún proyecto
debe darse por terminado si entendemos que la formación de un ser humano,
empieza cuando nace y termina solo cuando fallece, porque siempre se debe estar
aprendiendo, y es por eso que en el aula no hay un profesor y un alumno, sino
dos personas que intercambiar información y conocimiento para desarrollarse intelectualmente
y de esa manera marchar juntas hacia la libertad. Esa libertad que no acepta
limitaciones en la realización del ser humano, que no acepta la esclavitud de
nadie ni los convencionalismos burgueses, por eso debemos apartar de las aulas
a los profesores formados en las universidades que nos propone el sistema, en
tanto estén convencidos de esa educación cerrada y vertical.
La educación
para la libertad será realizada por la clase obrera o no será.
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