POR LAS VOCES PROHIBIDAS EN LAS PÁGINAS DE
LA MURALLA TOMA PARTIDO POR LOS VERDADEROS REFERENTES
QUE LUCHARON Y LUCHAN POR UNA HUMANIDAD MEJOR.
LA MURALLA TOMA PARTIDO POR NUESTRA GENTE, COMPROMETIDA Y SOLIDARIA.
29 de septiembre de 2010
Hermandades
(De sabihondos y suicidas IV)
En el escrito anterior, estuve hablando de la comida del militante y las formas de buscarla cuando la plata no alcanzaba o las veces que tenía ganas de cobrarle a las grandes empresas su alimento, que si bien conseguíamos comer gratis y variado en supermercados de empresas extranjeras, también habría que hacer una mención especial para la parrilla ‘Pippo’ de Av. Corrientes y Montevideo en pleno centro de Buenos Aires y que era el lugar de reunión de muchos militantes que mientras almorzaban o cenaban en esas mesas con manteles de papel, donde muchos escribíamos nuestros primeros poemas, cuando no, compartiendo la mesa con otros compañeros, escribíamos lo que luego, en el local partidario se terminaría transformando en un volante exigiendo la libertad de algún compañero/a detenido de nuestra organización o nuestra solidaridad con alguna fábrica en lucha.
El lugar era el elegido por varias organizaciones y por varias razones, estaba en el centro neurálgico de la Ciudad, a escasos 60 metros del bar ‘La Paz’, donde recalaban los intelectuales intentando su primer libro o discutiendo alguna película del neorrealismo francés o italiano recién vista en el cine Lorraine, el Lorca o el Cine Arte, o alguna de origen ruso en le viejo cine Cosmos, y éstos estudiantes de filosofía y letras, o sociología, siempre tenían algo para aportar y los teníamos en cuenta para nuestros torpes escritos. En ‘Pippo’ uno deglutía un plato de vermicellis con una panera completa y un pote de queso rallado que habitualmente comíamos antes que nos trajeran los fideos, tal era el hambre que teníamos en aquellos tiempos.
Otra de las razones por las que íbamos a esa parrilla era que estaban los ‘cumpas’, aunque fueran de otra organización, y eso nos daba la tranquilidad de saber que si entraba la policía en los años 1969 o 70’ a pedir documentos o palparnos de armas, iban a tener que vérselas con todos los comensales si pretendían llevarse detenido a algún militante. Luego del 76’ cambió la forma de reprimir, pues salió el ejército a realizar requisas y entraban de a decenas y muy bien armados, lo que hacía casi imposible la resistencia.
La relación entre las organizaciones casi nunca era buena entre los dirigentes, aunque en las bases las relaciones eran cordiales y los marxistas formaban listas en común con loa peronistas revolucionarios, conocidos como ‘la tendencia’ en gremios, en las tomas de fábricas y en as asambleas de los sindicatos y si bien las discusiones eran duras y extremadas veces largas la mayoría de las veces, ambas partes ponían la mejor actitud para marchar juntas al menos en asuntos muy puntuales.
Esa relación, a veces tensa pero respetuosa, tenía su válvula de descompresión cuando en alguna circunstancia alguna podía demostrar mayor despliegue de coraje para dejar a la otra mal parada y de alguna manera obligada a tratar de emular la acción.
Para tratar de que se entienda de que estoy hablando contaré una anécdota ; en los años 69/70, una comisaría del bajo Flores, barrio bravo si los había, se hizo conocida por la militancia por la forma de maltratar a los detenidos políticos, cosa habitual a partir del golpe del 76’, cuando la crueldad y el sadismo se multiplicó por 100. a raíz de eso, decidimos, con un grupo de compañeros tomarnos revancha por las atrocidades que estaban cometiendo con algunos compañeros y luego de pensar un rato, decidimos darles, al menos, un dolor de cabeza. Tomamos un colectivo que no tenía pasajeros a las 3 de la mañana, hicimos descender al colectivero que quedó con tres compañeros cuidándolo para que no realice la denuncia hasta que nos diera tiempo de realizar el plan que habían pensado, y con orden de dejarlo libre luego de 30 minutos. Una vez conseguido el primer objetivo, nos fuimos tres mas hacia la comisaría, uno manejando y los otros dos tirados en el piso, provistos de aerosoles, llegamos a la comisaría en cuestión y el compañero a cargo del volante abre decididamente la puerta de adelante y de atrás . Luego de asegurarse que estaba estacionado justo en la vereda de enfrente a la puerta de la comisaría y el ‘chofer’ bajó hablando muy fuerte al consigna diciendo que lo habían asaltado y venía a hacer la denuncia, gritaba como si estuviera bajo los efectos de un ataque de nervios, diciendo que le habían llevado la recaudación y que el dueño no le creería y que era muy posible que perdiera el trabajo por ese hecho y quería que salieran los patrulleros a buscar a los ladrones. El consigna solo atinaba a decirle que sacara el ómnibus de allí porque estaba prohibido estacionar en ese sector, pero el compañero no lo escuchaba y seguía hablando sin parar, mientras nosotros bajamos sigilosamente por la puerta posterior que había quedado abierta adrede y agazapados y cubiertos por la carrocería enorme del ómnibus, escribimos en la pared “POLICIAS ASESINOS “, agregándole el nombre de nuestra organización, en tan solo 3 minutos que era el tiempo que suponíamos teníamos sin que sospechara el consigna, que seguía intimando al supuesto chofer que pusiera el ómnibus en la esquina y que volviera a hacer la denuncia. Cuando habían pasado los tres minutos, nuestro compañero accedió de mala gana a sacar la mole de allí y asegurando que dejaría el coche a la vuelta y que volvería en un minuto, subió de un salto, se aseguró de reojo que nosotros ya estábamos nuevamente tirados en el piso y salió rápidamente del lugar, anduvo 3 cuadras hasta una avenida, abandonamos la unidad y nos tomamos un taxi para salir de la zona rápidamente.
Al otro día, antes de las 2 de la tarde, hora en que la pintada fue cubierta con pintura blanca por la Policía, pasaron muchos compañeros que no entendían como se pudo haber realizado esa pintada sin caer presos. Guardamos el secreto por un tiempo y luego lo contamos, lo que generó que se convirtió en el comentario obligado durante dos semanas entre las ‘orgas’.
En todo momento y en cualquier circunstancia que nos tocaba vivir, había algo que me parece que hoy, salvo honrosas excepciones, es mucho mas difícil de lograr, era la confianza que nos despertaba el compañero. Todos teníamos conciencia que nuestra vida dependía de la actitud del compañero que nos tocaba en suerte y él estaba en las mismas condiciones. Siempre era posible que algo del plan original saliera mal, pero de algo debíamos estar seguros, el error nunca se debía a la traición o a la falta de de coraje, cada uno conocía su responsabilidad y no había dobleces ni traiciones. Nuestra caminata detrás de esa utopia esquiva, detrás de ese horizonte fugitivo que se nos escapaba entre las manos, era mas llevadera por ese compañero sin bajezas, por esa hermandad que a veces la sangre no nos da.
Quizás sea por eso que hoy, a pesar de los años, nos seguimos buscando y encontrando, para revalidar nuestra condición de hermanados por la vida.
El hombre y su alma
De sabihondos y suicidas III)
Quizás sea una chiquilinada, pero durante nuestras reuniones, nunca falta alguna historia amorosa vivida por alguno de nosotros en la que conseguíamos ‘levantarnos’ a alguna compañera, lo que sucedía a menudo, ya que tanto ellas como nosotros teníamos problemas para poder entablar romances con alguien que no fuera de la organización, el impedimento de explicarles de que trabajábamos, el porqué de nuestros viajes o las veces que no las veíamos por semanas sin poder explicar nuestras ausencias, todo boicoteaba las relaciones que entablábamos con personas ajenas a la militancia, además si conocíamos a alguien que pertenecía a otro partido u organización, la dirección nos llenaba de temores sobre la posibilidad de que sea una ‘infiltrada’ que quería sacarnos información o cosa por el estilo. El asunto era que durante la lucha nacían romances que también tenían sus dificultades, ya que por ejemplo, nos era muy difícil de manejar esa actitud protectora que teníamos con nuestras compañeras de militancia y que se desarrollaba aún más si esa compañera era nuestra novia, y que a ellas les molestaba bastante generalmente, ya que se suponía que durante cualquier actividad el riesgo debía ser compartido sin distinción de sexo, para nosotros era muy difícil lidiar con esas cosas, nuestra educación burguesa no siempre superada sobre la ‘obligación’ del hombre a ser el ‘macho protector y proveedor’ que nos inculcaron desde chicos, se sumaba la sensación de que ellas sentían la misma contradicción, aunque tampoco la aceptaban en público, sentirse cuidadas por los compañeros les daba tranquilidad, aunque durante las reuniones nos criticaban esa actitud y nos exigían ser tratadas por igual.
Como había diferentes niveles de riesgo, ya que una cosa era, por ejemplo, entrar a un supermercado y meter una pelotita de ping-pong llena de ácido dentro de los bidones de 5 litros de kerosene que se vendían en ese momento para las estufas y cocinas, hecho que se hacía media hora antes del cierre, para que a las 2 horas, ya disuelta la pelotita, el ácido entraba en contacto con el kerosene y el fuego estaba garantizado y sus propagación rápida también, dándonos 1 hora y media de tiempo para irnos lo bastante lejos del objetivo cuando eso ocurriera, y otra era desarmar a un policía para quedarnos con su arma en una esquina, lo que podía salir eventualmente mal y el resultado podía ser un compañero baleado o muerto. En el primero de los casos, habitualmente entraban una pareja al negocio tomados de la mano, ya que se suponía que de esa forma se evitaba la posible desconfianza de la gente de seguridad y además servía para que, cuando uno se agachaba para abrir el bidón y tirar la pelotita de ping-pong, la compañera lo cubría con su cuerpo para evitar que la maniobra sea vista por alguien. Esas acciones fomentaban la camaradería, ya que también se compartían pequeños secretos entre ellos que no debían ser comentados con nadie de la organización ya que no estaban permitidos, aunque todos los conocíamos, como por ejemplo, pedir un pollo hecho al spiedo con papas fritas en el sector de ‘rotisería’, tomar una gaseosa de la góndola, poner todo en una bolsa y pasar por el baño, donde uno se comía todo, se tomaba la gaseosa y tiraba los restos en el cesto del baño, se lavaba las manos (se comía sin cubiertos), luego llegaba a la caja con un paquete de yerba para no despertar sospechas, y luego salir del supermercado ambos y llegar al punto de control felices y sonrientes, con le objetivo cumplido y el estomago lleno sin haber pagado por lo comido, que si bien sabíamos que de esa forma no le haríamos ni cosquillas al sistema, era una pequeña revancha que nos tomábamos y que nos hacía sentir bien.
Pero volviendo al tema de la relación con nuestras compañeras, todo el ambiente que se vivía propiciaba los noviazgos; la cantidad de horas que pasábamos juntos; las coincidencias ideológicas: los riesgos que compartíamos y los momentos en que nos tocaba simular ser una pareja, tanto para ser correo y llevar periódicos de la organización y no tentar a los milicos que nos paraban a los hombres solos por ‘portación de cara’ y nos revisaban en plena calle. En esos momentos caminábamos tomados de la mano o del hombro pero si la idea que teníamos en mente era avanzar en la relación, se apretaba mas fuerte de lo razonable la mano de la compañera o distraídamente se la acariciábamos levemente para esperar la reacción, y si el sentimiento era correspondido, aunque nunca lo hubieran hablado, ella respondía oprimiendo la mano del compañero, y si, además remataba la acción regalándole una sonrisa luminosa al mirarse ambos a los ojos, no hacía falta que fueran necesario demasiadas palabras posteriormente para iniciar una relación. A partir de allí, la cosa se complicaba pero esta vez con el responsable del grupo, ya que a partir de ese momento debía tratar de no darles actividades juntos, pues se suponía que se distraerían cuidándose demasiado mutuamente y eso entorpecía el cumplimiento del objetivo, ponía en peligro por consiguiente la vida de ambos y se perdía concentración.
Si bien era obligatorio blanquear toda relación afectiva entre los militantes ante la dirección, también era cierto que eso no siempre se cumplía, ya que se corría el riesgo de que a uno de los dos lo trasladaran a otro lugar y eso, inevitablemente, evitaba que se vieran asiduamente.
Este tipo de amores, nacidos al calor de la lucha, si bien estaban teñidos de militancia, también contenían grandes dosis de compañerismo, admiración y afecto profundo y leal.
Desgraciadamente, la cárcel, el exilio y los viajes y traslados forzados a los que nos veíamos obligados, debilitaban la relación y muchas de ellas se frustraron, aunque a pesar de eso, en algunas ocasiones una de las partes, o ambas, no pudo olvidar lo vivido y peor era cuando fue la muerte de alguno de la pareja, caído en combate lo que produjo la separación.
Las historias, entre nosotros, ya veteranos a quienes, como diría Borges, hablando de la vejez, “ya se nos murió el animal o se está muriendo y solo nos queda el hombre y su alma”, son habituales y si bien la chica que perdimos se convierte de ‘linda’ en ‘hermosa’ producto de nuestra fantasía y tendencia a sobrevalorar lo perdido (¿Qué explicación nos daría el viejo Sigmund a esto?), y el resto del grupo lo sabemos, pero como nos ocurre lo mismo con nuestros recuerdos, los aceptamos como lo cuenta el compañero y a nadie se le ocurre mencionar, ni en broma, la exageración de la realidad, y todos asentimos con la cabeza porque respetamos los recuerdos y al compañero, o tal vez porque nuestros hijos y nietos ponen cara de aburridos si intentamos contarles nuestras historias y empezamos a sentir que ya es tiempo de pensar en entregar la antorcha.
Exorcizar los demonios
(De sabihondos y suicidas II)
A veces me pregunto si esto de reunirnos entre viejos militantes y ex guerrilleros bajo cualquier pretexto, tanto sea un asado, unos mates o un café, es porque sentimos una necesidad no declarada de ‘exorcizar’ nuestros viejos demonios que a veces nos visitan sin que los llamemos, y es cuando descubrimos que la amistad y el afecto tienen el don de devolvernos la fortaleza que a veces amenaza con abandonarnos.
¿ Como aparecen en nuestro horizonte psíquico estos fantasmas ?, en realidad no tenemos deudas con nuestro pasado, todas nuestras actividades de aquel entonces tuvieron un para qué, un porqué, y destinatarios muy puntuales que, antes de llevarlas a cabo, fueron pensadas y discutidas entre todos los compañeros. Podríamos asegurar con orgullo que nunca nuestro enemigo fue la clase obrera, nosotros no nacimos para apalear estudiantes ni obreros, mucho menos torturar o violar mujeres y, definitivamente no fuimos nunca ‘desaparecedores’.
En lo personal, tengo una frase que ya conocen mis compañeros y amigos: “Nunca le hicimos daño a seres humanos, solamente a milicos asesinos, y tal vez a algún representante de la burguesía aliada a los milicos ”. Así se puede entender porqué se realizaron algunas acciones, como incendiar algunos supermercados cuando un representante del imperialismo visitaba la Argentina como quien revisa su estancia y era necesario demostrarle al mundo que acá había un pueblo que no olvidaba ni perdonaba las invasiones a países hermanos de América Latina o los intentos de invasión a Cuba, y que si había golpistas dispuestos a recibirlos como si fueran nuestros virreyes, acá había hombres y mujeres que aún tenían dignidad.
Alguna vez, hablando con un ‘bien pensante’ sobre este tema, me planteaba que haber destruido tanta cantidad de alimentos era una falta de respeto para aquellos que tenían hambre, pero le contesté que si él creía que los dueños de esos supermercados estaban dispuestos a repartir esos alimentos no conocía las reglas del capitalismo y que si la clase obrera pasaba hambre, no era por la escasez de alimentos, sino por los precios que ponen los dueños de los alimentos que no están a alcance de los hogares de los trabajadores.
Creo también que esta ansiedad por vernos y recordar viejas historias de militancia, nos hace sentir que seguimos preparándonos para dejar nuestra experiencia a las nuevas generaciones, porque la historia popular, esa que solo pasa por la narración oral de generación en generación, fue cortada por la desaparición de casi una generación, que eran quienes debían ser los referentes de las generaciones actuales, pero hubo un genocidio que no lo permitió y su labor nos corresponde a nosotros como una nueva responsabilidad que nos impone la realidad.
Cada uno desde su nueva trinchera. Para ese será la poesía, para aquel otro, la palabra escrita, para el de mas allá, le está reservada la difusión consecuente y esclarecedora de aquellas luchas, sin temores y sin descanso, porque al capitalismo no hay que darle tregua y cada día que pasa debemos salirle al cruce, en cada escrito, en cada publicación.
Estamos concientes que con el tiempo se fueron aclarando algunas dudas, pero siguen los grandes interrogantes de no haber hecho lo suficiente, de no haber podido salvar la vida de muchos de los 30.000 compañeros nuestros, de no haber sido capaces de llegar mas lejos y quizás, tratando de encontrar respuesta a éstos interrogantes es que nos buscamos, para alentarnos a seguir adelante, para asegurarnos que nuestro compañero no aflojó y encontrar en él, el apoyo cuando nuestras fuerzas parecen languidecer. Y finalmente, pensar que esta vida se nos está escapando entre las manos y queda tanto por hacer.
De sabihondos y suicidas
Siempre buscamos un justificativo, y siempre lo encontramos, el asunto es reunirnos, hablar como si no hubiera pasado el tiempo, y cada tanto, nos buscamos mutuamente por el placer de hablar de cosas que no necesitan mayores explicaciones entre nosotros, con solo mencionar un apodo, ya sabemos de quien se trata, con solo hablar de un lugar, ya sabemos de que hecho estamos hablando y eso nos crea una sensación de camaradería, de complicidad, de esa sensación extraña que a veces sentimos al encontrarnos con compañeros con los que nos une una vida de lucha y un pasado con cosas incumplidas y con muchas otras que hasta hoy, luego de tantos años, no nos cansamos de recordar con alegría y orgullo.
Esta vez fue el cumpleaños de uno del grupo, con la complicidad de su compañera que prometió dejarnos solos en la casa para que habláramos mas cómodos, y como el día no ayudaba para hacer un asado, nos pedimos 3 docenas de empanadas unas botellas de vino y fuimos llegando como por casualidad.
Todos sabemos que las leyendas son eso, nada mas que leyendas y no se les debe exactitudes porque cada uno la cuenta de diferentes maneras y con el tiempo es el pueblo que las toma como propias y quedan instaladas en la memoria colectiva. En nuestro caso se da muy rara vez, ya que cada uno narra lo que realmente vivió y formó parte de su vida, y tal vez por eso nos escuchamos atentamente.
Luego de recibir las empanadas y acomodarnos, como marca nuestra ‘rutina’, charlamos sobre los nuevos libros que salen sobre la lucha de los 70’ y que a veces nos hacen pensar que si en realidad todos los que dicen haberla vivido lo hubieran hecho en realidad, las fuerzas populares hubiésemos sido tantas que seguramente el poder ya sería nuestro, y eso nos molesta bastante, ya que algunos escritores de ocasión cuentan cada pavada con mala memoria y peor justeza, cuando no con mala intención, que dan ganas de ir a buscarlos, pero bueno, estamos en el 2010 y todo lo que es negocio es válido…
Luego de unos vasos de vino empezaron las anécdotas de un tiempo que muchos tratan de llamar ‘pasado’, pero que a otros nos parece de mucho valor histórico.
Todos recordábamos cosas y la rueda se respetaba para hablar por turno. Cuando le tocó al anteúltimo, y con la vista puesta en la computadora del dueño de casa, porque, supongo, no quería que nos diéramos cuenta si se emocionaba al relatarnos la historia dijo: el día que ocurrió lo que voy a contar, amaneció frío, yo estaba viajando desde Córdoba con destino a San Nicolás, para participar de una reunión con compañeros de varias regionales, como era temprano, estuve dando vueltas hasta las 9,30 hs. hora en que debíamos reunirnos en un lugar de la costa. Nos fuimos reuniendo en el muelle de San Nicolás, éramos unos 30 compañeros. Cerca del medio día, comenzamos a subir de a 4 o 5 en dos botecitos a remo y luego de unos 20 minutos llegamos a un pequeño muelle de las islas Lechiguanas, sobre el margen derecho del río Paraná, era un islote chico y desierto con solo tres edificaciones. A medida que llegábamos, dejábamos las armas a un compañero que las guardaba en una casita mas chica al costado de la principal.
Una vez que estábamos todos en la casa principal, una compañera fue la primera en hablar, el informe nos decía que el clima en nuestro país era irrespirable, los dictadores se pasaban el gobierno uno a otro sin importarles el pueblo, este y otros temas fueron desarrollados por la compañera, luego fuimos hablando todos y coincidíamos en la necesidad de organizarnos para enfrentar a los golpistas. Sabíamos que la lucha sería muy desigual, enfrentar a una fuerza de represión formada por fuerzas de tierra, mar y aire, sería una patriada difícil y quizás heroica, sin barcos, sin aviones, ni helicópteros, sin tanques y sin contar con el apoyo económico y tecnológico que recibiría nuestro enemigo por parte de la burguesía nacional e internacional, encolumnada tras la ideología del Banco Mundial y el F.M.I., siempre dispuestos a sostener dictaduras y tiranías que someten a los pueblos y respetan a rajatabla los planes económicos que diseñan sus especialistas para apropiarse de las riquezas de otros pueblos.
Sin duda, el proyecto sonaba a suicida, pero ninguno lo pensó así, debíamos hacerlo, sentíamos, y así lo hablamos, que debíamos dejar a las siguientes generaciones un ejemplo de lucha, demostrar al resto del mundo que la muerte reciente del Ché en combate no surtiría el efecto que ellos buscaban, que en este continente había hombres y mujeres dispuestos a dejar la semilla de la libertad en la conciencia popular.
Sin alargar mucho el trámite, un compañero salteño propuso el nombre y nuestra bandera pasó a ser la que izó el General San Martín en Mendoza, a la que se le quitó el sol y se le puso una estrella de cinco puntas.
Serían las 20 hs. cuando cada uno volvió a su regional con tareas concretas para realizar, luego de ese día la vida de nosotros y de muchos que luego se incorporaron a la lucha cambió para siempre. Ese día, el 27 de junio de 1970, el Comandante Mario Roberto Santucho dio por fundado el ejército Revolucionario del Pueblo.
Terminado su relato se bebió o que le quedaba en le vaso, tal vez para que no se notara que la voz se le quebraba, todos miramos para cualquier parte para no romper ese instante y luego de unos minutos de silencio, donde nadie sabía que decir ni como seguir la charla, alguien propuso poner un tema de los Huerque Mapu para darnos un respiro, porque ya nos estamos poniendo viejos para algunas emociones.
Sobre dependencias y saqueos
Desde que empezamos a concurrir al colegio primario, nuestras maestras nos enseñan que la historia la escribieron generales, papas, reyes y cardenales, aunque luego, y de acuerdo como transcurre nuestra vida, nos vamos dando cuenta que muy rara vez alguno de ellos han ido al frente en las batallas, y mucho menos aún reyes, papas y otras especies parasitarias han pasado hambre por alguna medida económica que hayan tomado. Históricamente en las batallas mueren y/o quedan mutilados hombres que no declararon las guerras, y las grandes hambrunas del mundo también fueron soportadas por hombres mujeres y niños que no habían participado en las decisiones que llevaron a los pueblos a ese hambre. Pero en este segmento que queremos mencionar, vamos a entender que cuando se le da (o lo toma) el poder a un solo personaje o a un pequeño grupo de ‘elegidos’, es muy raro que no sea el pueblo el que termine pagando las consecuencias de los delirios de grandeza o de la ambición de los que detentan el poder.
Tratando de entrar en tema, la historia de América, está signada por el despotismo de quienes, en nombre de Dios o del rey, nos vinieron a invadir por los finales del 1400.
Cuando Colón puso su pié en América, empezó en España y luego en toda Europa, un complejo movimiento económico y financiero provocado a partir de las riquezas robadas al nuevo mundo que terminaron hundiendo al muy poderoso reinado de España y llevándolo a la ruina . Sé que al decir esto muchos dirán que es un disparate, a la luz de las enormes riquezas que obtenían de la rapiña en el nuevo mundo, pero resulta que aunque parezca mentira, no estaba el reino de España preparado para recibir en tan poco tiempo tan cuantioso tesoro, y la incapacidad de los monarcas y sus asesores produjeron un mal al pueblo que padecieron durante años las consecuencias.
Cuando Fernando VII abdica el trono en 1516 y se retira a un convento en Yuste, dejaba a su sucesor, Carlos I el reinado mas poderoso de la historia, con colonias diseminadas por todo el mundo, y con el ingreso de riquezas incrementado por los metales y piedras preciosas que llegaban del nuevo mundo y que parecían no tener fin. Ese supuesto éxito le había permitido formar un ejército poderoso para controlar el país internamente y de esa forma se permitió la intolerancia religiosa de la España de la contrarreforma, pero dejaron sin atención a los hechos y descubrimientos que se producían en el mundo y España se quedaba en una economía feudal, porque el oro que robaba en América suplía las necesidades. Por esta razón España empieza a perder las colonias europeas y viene la decadencia de la que no se podrá recuperar más.
Así las cosas, Carlos I, que pertenecía a la casa de Austria (también lo serían los tres futuros reyes que lo suceden) con una miopía económica y política y por comodidad, basaron su economía en las riquezas que sus ejércitos hacían extraer a los pueblos americanos en condiciones infrahumanas.
El saqueo y conquista de América alteraron gravemente la realidad europea del siglo XVI, porque no solo cambiaron las relaciones de poder entre los estados europeos, sino que de una economía de acumulación característica de la época feudal se pasó a una economía de mercado, pero no obstante el enriquecimiento español –no olvidemos que por ella pasó el 85% del oro y la plata saqueados a America-, no tuvieron, los reyes que la gobernaron, la visión de invertir en tecnología y ciencia y contrariamente a lo que se supone, el dinero lo invertían en largas y costosas guerras que terminaron de empobrecerla.
Se produce en España el abandono de la agricultura y el éxodo de los campesinos a las ciudades buscando un mejor nivel de vida, cuando no, empujados por la euforia general para alistarse en alguna expedición, buscando participar del saqueo.
Como si eso no fuera suficiente, medio millón de hidalgos, que juzgaban una afrenta todo trabajo que no sea al servicio de Dios y del rey, eran una pesada carga para las arcas públicas, que por supuesto, eran mantenidas por los impuestos al pueblo trabajador.
Desde el primer momento de la invasión al nuevo mundo, España impuso el monopolio sobre sus dominios coloniales, lo que despertó la codicia del resto de los reinos europeos, que termina por engendrar guerras y piratería a los barcos cargados con riquezas provenientes de América. Todo contribuyó a la decadencia durante los reinados de Felipe III (1598-1621) y Felipe IV (1621-1665) y se agravó tanto que ciudades como Toledo, Zaragoza y Segovia, otrora prósperas, se vieron obligadas a cerrar el 60% de sus telares y al poco tiempo, toda España se vio obligada a depender de las industrias inglesas, holandesas y genovesas, lo que trajo una desocupación aún mayor entre los trabajadores, y si bien los burgueses y nobles también sintieron la crisis, siempre les quedaba como opción, la clásica salida de la clase parasitaria, trasladar la crisis a los pobres, reduciendo salarios y aumentando impuestos.
La codicia del reino español, lo llevó a someter a su pueblo a un proteccionismo riguroso y la prohibición en América, de establecer y desarrollar industrias. Esta política dejó desprotegido a nuevo mundo ya que en el siglo XVI, las colonias no podían comprar a otras potencias como Inglaterra y Holanda las manufacturas que le eran imprescindibles, tampoco podían desarrollar su industria y a su vez, España ya no tenía industrias para poder proveerlos. Carlos I en 1552, se ve obligado a prohibir la exportación de las manufacturas españolas porque apenas si podían atender las demandas de su país y debió permitir que el virreinato del Perú desarrollara industrias obrajeras, luego en 1558, Felipe II tratú de modificar esa política para desarrollar la industria en España, pero ya era tarde, y las expresas instrucciones que recibe el virrey Francisco de Toledo en 1589, prohibiendo el tejido de paños en Perú, no pudieron ser aplicadas pues había dos razones fundamentales para no cumplirlas. Los precios de los paños tejidos de Castilla eran pocos y muy caros para la población y por otro lado, el virrey debía dejar trabajar a los indios para poder cobrarles tasas y tributos.
El tráfico marítimo en España y sus colonias sufría, además, el ataque constante y sistemático de la piratería, toda Europa quería llevarse su tajada de las riquezas de América, a tal punto que la reina de Inglaterra alentaba estos ataques y llegó a otorgar títulos nobiliarios a los depredadores ingleses de otros depredadores, o sea, los españoles.
Isabel I de Inglaterra inicia formalmente esta actividad, en 1569 armó la nave ‘Jesús’ y la mandó a saquear todo barco mercante que cruzara el Atlántico, años mas tarde se asoció al pirata Francisco Drake y con una poderosa escuadra salió a saquear todas las rutas comerciales conocidas. A su regreso, en 1579 . el pirata Drake entraba triunfante al puerto de Inglaterra llevando en las bodegas un botín que superaba el millón de ducados y, olvidando todo recato, Isabel I se sumo a los festejos con que se honró al pirata, que de paso recibió de manos de la reina un título nobiliario. Era el premio por saquear, matar y robar bienes ajenos, pero claro, se lo robaban a otros que a su vez también lo habían robado…
Queda claro que el monopolio jamás tuvo el propósito de fomentar el bienestar de las clases bajas cuando lo establece la clase alta, muy por el contrario, al no tener en cuenta las deficiencias estructurales de la pobre industria española, tendió a hacerla deficitaria primera y aniquilarla después.
En América, con una economía tributaria y dependiente, con una agricultura diezmada por el abandono al que por la fuerza la condenó el trabajo en las minas y con una industria y comercio limitados por los fines monopolistas de España, América era un continente que sufría los efectos de la crisis estructural de la conquista.
A comienzos del siglo XVIII, cuando cesa el monopolio y se ven amenazadas las utilidades de los dueños de los medios de producción, la esclavitud llegará a límites inconcebibles y ajustarán más los mecanismos de explotación. Nunca antes el pueblo fue tan brutalmente explotado. Tal era el estado de penuria que vivía América en 1780, cuando José Gabriel Condorcanqui, Tupac Amaru, asumió la gigantesca y heroica tarea de la redención indígena.
Agosto de 1896: La gran huelga ferroviaria
A veces pienso que la juventud puede creer que las grandes luchas sociales necesitaron un dirigente o un gremio para realizarse, pero si bien es bueno agremiarse y tener una organización que organice y respalde la lucha, no siempre fue así y para ser sincero, a veces creo que las luchas sin claudicaciones se llevaron a cabo sin los grandes gremios ni los famosos dirigentes, salvo honradas excepciones.
Cuando finalizaba el siglo XIX, y a clase burguesa se preparaba para celebrar el primer centenario (1910), con gran despliegue de recursos y festejos, la clase obrera estaba pasando por uno de los momentos más angustiosos de su historia, víctima de trabajo semi-esclavo, sin descanso dominical ni cobertura, ni leyes que los protegieran, enriquecían a los patrones a costa de su salud y dejando su vida en cada fábrica o estancia. Por su parte la clase dominante se sentía dueña del país, sus estancias daban ganancias exuberantes, la exportación de lana, cuero, granos, más el manejo del Estado, representados por presidentes que ponían a su antojo, con un ejército listo para reprimir cualquier revuelta obrera, y con un ejército paralelo llamado ‘Liga Patriótica’, que no era otra cosa que grupos parapoliciales de hijos de familias enriquecidas que hacían las veces de policía y amedrentaban, golpeaban, torturaban y mataban a gente con una impunidad que más de un genocida de nuestra época envidiaría.
Estos grupo estaban armados y organizados desde a incipiente Sociedad Rural, que, gracias a la venta de sus productos al extranjero veía como el dinero le entraba a raudales sin esfuerzo y sentían que el poder estaría en sus manos por centurias.
Con todo el poder a su disposición se sentían tan seguros que las primeras huelgas, de panaderos y yeseros, no lograron preocuparlos ni hacerles perder el buen humor y ritmo de vida, pero no supieron ver que en Europa se cocían otras habas que no tardarían en llegar a nuestras tierras. La Comuna de París había cambiado aquella idea que aseguraba que el que había nacido para esclavo debía aceptar su destino ya que todo respondía a un orden natural. Ya Marx y Engels habían publicado el Manifiesto Comunista y varios de sus escritos, y sus libros recorrían Europa con un mensaje claro y definitivo: que el destino se la clase obrera se puede cambiar si sus componentes se unen.
Las nuevas ideas estaban llegando a la Argentina dentro de los ataditos de ropa que traían los inmigrantes y tenían forma de libros, que fueron traducidos y difundidos entre los obreros y el pensamiento libertario de Marx, Bakunin y las historias de las luchas obreras que se libraban del otro lado del mundo cambiaban la forma de pensar de los trabajadores.
A raíz de un accidente ferroviario, donde un ‘niño bien’ fue arrollado por un tren, su maquinista fue detenido acusado de asesinato y trasladado desde Rosario a la Capital para ser juzgado, Sus compañeros, en un acto de solidaridad proletaria inédito hasta ese momento, deciden realizar un paro hasta que liberen al compañero Smith, y toda la línea del Ferrocarril Central Argentino se detiene, dejando sin ese servicio a gran parte de la producción de los terratenientes sin poder llegar a destino, que, ansiosos porque sus productos puedan llegar a embarcar rumbo a Europa. Usando su poder con el gobierno y sus jueces, logran liberar al maquinista, y a los tres días, fletan un tren especial solo para llevar a Smith hasta Rosario, su lugar de trabajo y poder detener la huelga que los estaba acuciando. Cuando Smith llega a Rosario, sus compañeros lo llevan en andas como señal de triunfo. Ese hecho demostró a los obreros que la fortaleza solo la da la unidad. La patronal inglesa se pone en guardia.
El 13 de Agosto de 1896, en los talleres ferroviarios de Tolosa (cerca de La Plata, provincia De Buenos Aires) unos 700 obreros calificados, más los peones, deciden presentar un petitorio exigiendo 8 horas de trabajo, descanso dominical sin modificar el salario y el pago de horas extras. Por supuesto la respuesta de la empresa fue un rotundo ¡NO!. Los obreros realizan una asamblea y deciden declarar la huelga. La empresa de capitales ingleses, recurre al gobierno pidiendo represión, y éste envía a la policía a caballo a reprimir la huelga. En otra asamblea se resuelve continuar la huelga y solicitar la solidaridd de todos los ferroviarios del país (ya tenía la Argentina 72.000 kilómetros de rieles), inmediatamente los talleres de Caballito, en la Capital Federal, se pliegan. Le siguen los talleres de Solá que era el segundo conglomerado ferroviario más grande del país y 1.000 operarios se pliegan a las exigencias de sus compañeros. Una a una las estaciones de tren de todo el país se pliegan, los obreros usaban el telégrafo del ferrocarril para comunicarse y se pasaban información en código Morse entre ellos, usando los mismos equipos del ferrocarril.
El 15 de Agosto se pliegan los siderúrgicos de las empresas más importantes y los obreros del frigorífico La Negra, en la Capital los trabajadores de la fábrica Alpargatas, los operarios de tranvías adhieren y se pliegan a la lucha. Los ingleses, desesperados pero no dispuestos a que obreros les disputen sus ganancias, piden una dura represión al gobierno, pero ya eran mas de 20.000 los huelguistas, trabajadores sin gremio, sin dirección pero con un alto sentido de la legitimidad de sus reclamos, estaban conociendo el valor de la solidaridad y la lucha.
La empresa trata de traer extranjeros para suplantar a los huelguistas y publican avisos en diarios italianos solicitando trabajadores ferroviarios, ofreciendo altos sueldos, pero ya estaba la Internacional Italiana que había organizado las primeras movilizaciones del 1* de Mayo desde hacía 4 años, trabajando y aclarando a los obreros genoveses que no vinieran, que su trabajo sería el de rompehuelgas y llamaba a solidarizarse con las luchas, por lo que el intento de la patronal fracasa.
La lucha duró 3 meses, y aunque no se lograron todos los puntos del petitorio, la semilla sembrada hizo que la clase obrera decidiera pasara a ser protagonista de su propia historia.
La voz imprescindible
En estos tiempos, cuando muchos fueron convencidos que hay demasiadas cosas que son necesarias resolver en el día a día y que los grandes problemas pueden/deben esperar para mas adelante, que hay que vivir la vida, y no hacerse tanto problema, ya que además, como si fuera poco, no se pueden resolver así como así, una voz, desde una pequeña isla del Caribe Rebelde, una voz tan precisa e imprescindible, nos sacó de la locura cotidiana para recordarnos que ante todo somos seres humanos, que el planeta no tiene sustituto, que la paz y el cuidado del mundo deben estar en la mente y la agenda de todos, ciudadanos y dirigentes.
Para hablar de la paz y el cuidado de la tierra, debemos hablar de capitalismo y socialismo. Pensar la humanidad como una actividad no sujeta a salario, no porque nos pidieron una nota en un diario o revista, Hoy solo unos pocos tienen una visión de las próximas décadas, porque pensar la vida no es fácil, porque para que seamos multitudes quienes nos preocupemos por esos problemas, necesitamos que todos tengamos acceso a la información veraz, a la literatura, a la lectura, a la cultura en general, al ocio, ese ocio que tiene tan mala prensa pero que nos da el tiempo para el razonamiento, y que nos ayudará a tener conciencia de nuestras responsabilidades como clase social. Pero claro allí está el capitalismo para frenar nuestra fantasías con su tecnificada propaganda, enseñándonos a conocer solo lo que a ellos les interesa, nos llenan los manuales escolares con historias de depredadores de la naturaleza, las ‘hazañas’ de Julio Cesar, al matar miles de seres humanos para apoderarse de bienes y tierras, o Carlomagno fundando otro imperio a costa de sangre y lágrimas , pero si hoy le preguntáramos a muchos estudiantes acerca de la importancia en la liberación latinoamericana que tuvieron las batallas de Carabobo, muy pocos la tendrían presente, porque esas batallas las libraron los pueblos originarios de nuestro continente para evitar el saqueo, para enfrentar una invasión, no para depredar, no para saquear pueblos, y esto sucede porque ellos, los capitalistas, necesitan que tomemos a los agresores como nuestros referentes de gallardía, coraje y valor y no a los pueblos que en inferioridad de condiciones salieron a hacerles frente a los invasores para defender su soberanía y su dignidad.
Es imprescindible hoy que pensemos en el socialismo para resolver nuestros problemas, debemos conseguir que la clase obrera tome conciencia de su existencia como clase indivisible, que tiene la fuerza ya para poder luchar contra la otra clase, y es ese proletariado que deberá proponerse eliminar, además de las formas de explotación del prójimo, el ataque que el capitalismo está realizando al planeta y que nos llevará, si no lo detenemos, a la desaparición como especie.
De nada sirve creer que si yo obtengo valores materiales estaré mas seguro, cuando el planeta se desmorone, se desmoronará para todos. La lucha individual por la existencia debe terminar, porque esa es la verdadera globalización que han producido, el daño nos hermanará en las consecuencias, y solo sí el hombre logra detenerlo saldrá –en cierto sentido- definitivamente del reino animal. La humanidad saltará, de una vez por todas, del reino de la necesidad artificial al reino de la libertad.
Sobre la burguesía
A veces uno se pregunta por qué el poder les atrae tanto y entonces trata de leer algo al respecto, y algunas veces uno se encuentra con analistas que nos hablan de que el poder es atractivo, nos hablan de la sensualidad del poder ( ? ) y hasta llegan a pensarlo como algo erótico (…), pero no es así como ellos (los burgueses) lo ven, para ellos es mucho mas que eso, el poder es el sostén de su ideología, porque solo por detentar el poder son lo que son.
Ya en 1789, para no ir más lejos, cuando el pueblo francés sale a la calle, toma prisionero a Luis XVI y a toda la corte y decide ejecutarlos, la burguesía, que habían sido los sostenedores del poder real, al ver que condes, marqueses y caballeros de la nobleza salían corriendo de Francia hacia otros países que le ofrecieran protección de su linaje, los burgueses, por temor a los trabajadores, no dudaron un instante en abandonar el barco del reino y pasarse al bando contrario, temerosa de que sus nombres estuvieran en la lista de gente a guillotinar y en un intento desesperado por no perder sus posesiones y, una vez que fueron equivocadamente admitidos en las Asambleas, juraron compartir los ideales de la case obrera, solamente por el terror que les despertaba la posibilidad de que el pueblo esté en el poder.
Ni lentos ni perezosos pusieron a los más lúcidos de sus intelectuales a discutir en las asambleas a fin de frenar el avance de los proletarios, aceptaron presurosos a hablar de libertad, fraternidad e igualdad, apoyaron algunas mejoras para la clase obrera, todo para no tocar el tema de la propiedad privada, que era (y es) la última frontera que no estaban dispuestos a cruzar.
Al poco tiempo, luego de declarar la primera república (1792) colocan a Napoleón como el abanderado de los derechos establecidos por la Asamblea y luego de volver a formar un ejército poderoso y listo para reprimir cualquier sublevación, lo coronan emperador (1804) y …todo volvió a la normalidad.
Tal es así que fueron los mismos burgueses que hablaban de igualdad, fraternidad y libertad, los que no dudaron tampoco en tomar partido por la matanza de obreros durante la comuna de París (1871) y todo eso por la … propiedad privada.
Han pasado muchos años y la demostración de la verdadera ideología de la burguesía es capitalista, antiobrera y represora, aunque se presente de diferentes vestiduras, fueron incontables en la historia del mundo. En nuestro país cada vez que vieron peligrar sus posesiones, miden las fuerzas y si sus analistas les dicen que en tal lucha vencerán los poderosos, corren a sumarse a la represión sin mezquinar esfuerzos, así sucedió durante la Semana Trágica (1919), así actuaron durante la matanza en las grandes huelgas de la Patagonia (1921), contra La Forestal en la Mesopotamia, y más acá durante la dictadura militar (1976), pero no obstante esa historia de muerte y represión que los sigue a través de la historia, cuando vieron en el 2001 que los militares ya son tenían autoridad ni prestigio, no dudaron en cambiar sus vestiduras y ponerse del lado del pueblo y, una vez más, sacaron a sus mejores oradores y profesionales para frenar a la multitudes, de esa manera logran infiltrarse entre la case obrera y con sus largos discursos y análisis, que no eran otra cosa más que manipulaciones dilatorias, lograron, una vez más, devolver el poder a los mismos políticos corruptos que habían causado la crisis.
Los únicos que pudieron sacudirse la opresión de la burguesía, sólo porque ésta estaba muy ocupada en detener el avance de las luchas en la crisis del 2001, fueron las fábricas y empresas recuperadas por los trabajadores, pero no obstante los avances que éstas lograron ya están siendo amenazadas por el poder, ya los jueces están trabajando para dejar esas tomas sin efecto, ya están cerrando filas junto a su clase para que no quede vestigio de esas luchas ni esos logros.
Hoy nos convocan a votar tantas veces como posibilidades tienen de desdoblar las elecciones y así nos entretienen haciéndonos pensar en cambiar este o aquél político, a este o aquél partido, a fin de que no tengamos tiempo de pensar en cambiar el sistema, ese sistema que les asegura la propiedad privada. Perdón... quise decir la democracia.
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